Peanut Butter Crunchy Cupcakes

  Lo primero que debo hacer es dar las gracias a tod@s aquell@s que me habéis dejado un mensaje de aliento en la entrada anterior. No es que mi situación sea mucho mejor estos últimos días, estoy en las mismas, pero en ocasiones se encuentra una más agobiada y lo mejor es soltarlo, y como siempre os tengo ahí para leer mis desventuras y enviarme tanto cariño y tantas fuerzas, no me queda otra que remontar.

  Siempre dicho que esto de ser una "mujer liberada" es el timo de la historia, pero qué le vamos a hacer, es la estafa que nos ha tocado vivir, esa y otras muchas, ahora con toda esta crisis nos estamos dando cuenta de cuántas mentiras nos han contado, y lo peor es que nos las siguen contando y encima pretenden que nos las sigamos creyendo.

  Como me habéis dicho, no nos queda otra que armarnos con un buen paraguas para soportar el chaparrón, e intentar mirar hacia adelante con la esperanza de que todo esto mejore algún día. Yo, sobre todo deseo que el futuro de mis hijos no sea tan negro como lo estoy vislumbrando, así que sólo puedo trabajar, trabajar y trabajar para que su destino no sea tan incierto.

  Y bueno, aún en los malos tiempo hay que intentar colocarse una sonrisa, y ya que se acerca Halloween vamos a aprovecharlo para animarnos un poco y poner un poco de color a nuestras vidas. La otra tarde, aprovechando que estábamos de puente (lo que me deja algún minuto libre), me puse con el ordenata para que el blog os infunda un poco de felicidad cuando realicéis una visita a este saloncito. Es una forma más de intentar corresponder a vuestros favores.

  E igualmente, aproveché la receta semanal de la magdalena para darle estos aires de miedo socarrón y divertido que acompaña a la fecha que se acerca. Al final le he cogido yo el gusto a esta tradición anglosajona, aunque sea sólo por ver cómo les gusta a los críos.

 Ingredientes:

  Para la magdalena:

* 280 gr. de harina blanca.
* Una cucharada de levadura en polvo.
* 1/8 cucharadita de sal.
* 115 gr, de azúcar moreno oscuro de caña (algo difícil de conseguir, podéis poner azúcar moreno del de siempre).
* 2 huevos medianos.
* 175 ml. de leche.
* 6 cucharadas de aceite de girasol u 85 gr. de mantequilla.
* 175 gr. de mantequilla de cacahuete crujiente.

  Para la cobertura de cacahuete:

* 50 gr. de cacahuetes tostados, sin sal.
* 40 gr. de azúcar demerara (de caña).

  Preparación:

- Precalentamos el horno a 200ºC, y preparamos el molde, bien engrasándolo o colocando las cápsulas escogidas.

- Para preparar la cobertura de cacahuete, picamos los cacahuetes. Después los ponemos en un cuenco y añadimos el azúcar demerara, removemos y reservamos.

- En un bol tamizamos la harina, la levadura en polvo y la sal. Luego, incorporamos el azúcar moreno.

- Batimos ligeramente los huevos en otro bol grande, y a continuación,  incorporamos la leche, el aceite y la mantequilla de cacahuete.

- Hacemos un hueco en el centro de los ingredientes secos y vertemos los líquidos batidos.

- Mezclamos un poco para que queden ligados, pero sin trabajarlos demasiado.

- Repartimos la mezcla entre los moldes. esparcimos la cobertura de cacahuete por encima.

- Horneamos las magdalenas durante unos 20 minutos o hasta que la masa suba y esté firme y dorada.

- Las dejamos en el molde durante 5 minutos y, después, sírvalas calientes o colóquelas en una rejilla para que se enfríen.

  El frosting no es más que mi nata vegetal favorita montada, y mezclada con mantequilla de cacahuete, eso sí, ésta sin trocitos, para que el resultado suave del frosting contrastara con lo crujiente de la masa. Unas capsulitas propias para estas fechas y unas calaveritas de colores y ya tenemos un postre de miedooooooo

  No olvidéis que tenéis hasta el sábado para poder participar en el sorteo de la edición española del libro de la Humingbird, pincháis en la foto y os enlazará con la entrada en la que sólo tenéis que dejar vuestro comentario y un mail de contacto. Besotes para todos y hasta el finde.