Las últimas semanas han resultado especialmente estresantes, tanto, que no ha sido una cuestión de falta de tiempo (que tampoco es que me sobre) sino de falta de ganas, falta de ganas de entrar en la cocina para hacer algo más que lo del día a día (que no es poco). Es por eso que llevo ya un tiempo sin publicar nada.
Tras un plácido verano, me encontraba con las pilas cargadas, con ganas de comenzar el nuevo curso con alegría. Pero nada más comenzar septiembre me robaron todas esas ilusiones y buenas intenciones, y consiguieron que mis pilas perdieran toda su energía. La situación que se vive en el trabajo, y las malas intencionadas palabras de alguna madre de la clase de uno de mis hijos hicieron que me pusiera guerrera en un pis-pas. Y con este estado de ánimo llega lo del ébola, y ya se me cae el alma a los pies cuando escucho a un consejero impresentable decir barbaridades (y mentiras) acerca de una compañera; como si nuestra profesión no tuviera ya bastante, va este hombre y suelta "chalauras" (como se dice por aquí) y va la gente y se las cree, y sigue la cadena por twiter y por facebook, con algunas personas comentando otras tantas "chalauras".
No voy a dar una disertación sobre lo bien o lo mal hecho de los protocolos, ya he dejado muy clara mi postura en facebook para los que me conocéis. A mí lo que me da verdadera pena es lo poco reconocida que está aquí nuestra labor, mientras que en EE.UU. la enfermera es una heroína, aquí es una mentirosa imprudente. Trabajando nos encontramos de todo, gente que desconfía de nosotras y nos critica, y personas que te dan las gracias con cada gesto y con cada palabra (de ésto menos, todo hay que decirlo), pero con todo y con eso y con la falta de medios que nos encontramos en los últimos tiempos, como la mayoría hacemos lo que más nos gusta, pues sacamos el trabajo hacia adelante con un único objetivo, el bienestar del enfermo.
No sé si entenderéis o no mi ausencia de ganas de ponerme a preparar un dulce, pero yo que soy de esas personas que somatiza mi estado de ánimo, pues tras una semana dura con un herpes labial, con un orzuelo, y alguna migraña, decidí que en vez de dejarme llevar por los acontecimientos debía ser yo la que llevara las riendas, y que mis niños que no tenían culpa de nada se estaban quedando sin los pastelitos de mami. Así que me puse a buscar entre mis herramientas reposteras y di con estos moldecitos para esqueletos, sólo faltaba encontrar un buena receta de brownie, y me encontré con ésta que os propongo, muy jugosa y con un intenso sabor a chocolate, ahí va:
Ingredientes:
* 120 gr. de chocolate con leche.
* 120 gr. de chocolate sin azúcar.
* 180 gr. de mantequilla sin sal, cortada en trozos.
* 250 gr. de azúcar (para lo que les guste más dulce, se puede subir hasta 300 gr.).
* 2 huevos grandes y una yema.
* Una cucharadita de extracto de vainilla.
* 100 gr. de harina común, para todo uso.
* 1/4 de cucharadita de sal marina.
Preparación:
- Precalentamos el horno a 175ºC. y preparamos nuestro molde rociándolo con spray desmoldante.
- En un recipiente apto para microondas, combinamos ambos chocolates (cortados en trozos) y la mantequilla, y como siempre, a temperaturas bajas y tiempos cortos, vamos derritiendo el chocolate, recordad siempre remover bien entre esos tiempo de microondas. Siempre podéís optar por el baño María, como más os guste.
- En el vaso de batidora mezclaremos los huevos y el azúcar a velocidad media-alta, hasta conseguir que quede una masa sueva y gruesa, aproximadamente nos llevará como unos 3 minutos. Agregamos el extracto de vainilla y batimos de nuevo hasta que se integre.
- Agregamos ahora la mezcla de chocolates y con una espátula revolvemos con movimientos envolventes hasta que quede todo bien mezclado.
- Para finalizar con la masa, añadimos la harina y la sal, y continuamos con nuestros movimientos envolventes, asegurándonos que los ingredientes queden bien integrados.
- Vertemos la mezcla en el molde y horneamos durante 40 minutos.
- Pasado ese tiempo, retiramos del horno, dejamos enfriar unos 5 minutos antes de desmoldar,para dejar que se termine de enfriar sobre una rejilla.
Los esqueletos están hechos con chocolates tipo candy melts, aunque no son de esta marca, los naranjas con uno que compré en el Aldi, muy recomendable, por su calidad, por su precio y por su sabor. El verde es de la tienda Casa, no me gusta tanto, pero sirve para sacarte de un apuro, la verdad.
La casa ya está decorada para la ocasión, ya sé que aún falta, pero a los peques les encanta pasar y ver cómo queda todo, y a mí también, no os voy a engañar, a ver si se me ocurre alguna cosilla más de aquí al día señalado. Un besote enorme.