Es que si lo deseamos podemos comer ese día con ellos. Y no podéis imaginar el revuelo que armamos en el comedor. Yo llevaba para la clase de mi hijo y unas cuantas más por si las moscas, al final fueron 3 docenas.
Yo creo que los profes debieron acordarse de toda mi familia, porque convertí la hora de comer en un caos, todos se acercaban a verlas y a ser posible a pillar alguna. Eso sí, debo confesar que a nosotros nos resultó divertidísimo ver a todos los chiquillos allí arremolinados y como locos.
Y teníais que ver a mi hijo..., lo pasó tan bien..., estaba tan nervioso... Solo por eso mereció la pena, porque entre las galletas y los cupcakes fue una verdadera fiesta para él porque verdaderamente se sintió el protagonista. Sus amiguitos venían a preguntarle si podían coger alguna, y por supuesto, él los animaba a que se las comieran.
Los críos que son tan agradecidos venían a decirme que les habían encantado las galletas o los cupcakes, o las dos cosas, lo que me pude reír: "Mamá de Cisco, estaba güenízimo", con esa cara de pillos y las bocas azules por culpa del frosting.
Y los de la clase de Rafa emocionados cuando les dije que el mes que viene que es el cumple de Rafa volveríamos a repetir y que serían exclusivamente para ellos. Fue un desmadre total, pero los niños lo pasaron la mar de bien y nosotros no nos quedamos atrás, apenas comimos y salimos sudando, casi no nos dejaban irnos, pero fue una experiencia que no olvidaremos jamás, y creo que mi hijo tampoco.
Y es que los niños saben sacarle partido a todo, ya en la celebración del cumple por la tarde era para ver lo que nos reímos todos, padres e hijos, cuando comenzaron a colocarse unos bigotes postizos que se me ocurrió meter en las bolsas de chuches, los padres no paraban de hacer fotos porque era digno de ver.
Y ya lo que hizo que me derritiera del todo fueron unas palabras de mi hijo mayor, que claro, habiendo vivido el cumple de su hermano ya sabe lo que esperar del suyo porque hasta se va a celebrar en el mismo lugar (que por cierto, estuvo genial): "Mamá, eres una artista..." Y no se refería sólo a las galletas y a los cupcakes, sino a todo en general, le encantaron todos los jaleos que organizamos para ese día, y aunque sabe que su padre es mi cómplice, también es consciente de que soy yo la que planea y maquina toda la historia.
La receta es muy sencilla, mi hijo me pidió que los hiciera de fresas, así que me decanté por unos de vainilla a los que añadí una pasta de fresas, eso sí la masa es muy tierna y jugosa. Y el frosting tenía que ser también simple, son niños, y no se puede complicar mucho el tema porque siempre hay alguno más delicado, así que decidí que fuera nata con algo de colorante azul intenso de Wilton.
Ingredientes:
* 1/4 taza de mantequilla sin sal, a Tª ambiente.
* 1 taza de azúcar.
* 2 huevos grandes.
* 1/3 taza de crema agria.
* 1/4 taza de aceite vegeta (yo lo utilicé de girasol).
* 2 cucharadas de extracto de vainilla.
* 1+3/4 tazas de harina para repostería.
* 1+1/2 cucharaditas de bicarbonato sódico.
* 1/2 cucharadita de sal.
* 2/3 taza de leche.
Preparación:
- Precalentamos el horno a 175ºC.
- En un bol grande, mezclamos la mantequilla y el azúcar hasta que esté suave y esponjoso.
- Agregamos los huevos, uno a uno, batiendo bien después de cada adición.
- Ahora sin dejar de batir añadiremos la crema agria, el aceite vegetal, y el extracto de vainilla (yo ahí añadí también añadí la pasta de fresa).
- En este momento toca agregar poco a poco la harina (tamizada junto con el bicarbonato, la levadura y la sal), sin dejar de batir.
- Y por último verteremos la leche mientras seguimos batiendo, hasta que la masa sea homogénea y suave.
- Repartimos la mezcla entre los moldes y horneamos durante unos 15-20 minutos.
Para rematar unos non parelis azules y estas caritas de Bob Esponja impresas en papel de azúcar que encantaron a los niños.
Pues así fue nuestro día de cumple, Cisco disfrutó como corresponde a un chico que alcanza ya sus 8 añazos y tuvimos la suerte de poder compartir esa alegría con todos sus compis de clase, no se puede pedir más.