El caso es que estos días han sido un no parar porque tenía muchísimas cosas que hacer y creo que necesitaría otros cuantos días de descanso para recuperarme de nuevo. Aunque va a ser que no, así que mañana a volver a la rutina, al menos he dispuesto de esos días para sacar tantas cosas para delante, me conformo con eso.
Eso sí, han sido días muy muy alegres a pesar de que el agua me llegara al cuello. Ha sido el cumple del peque de la familia y aunque agotadora, la jornada no pudo ser más completa. Lo mejor, además, fue lo que no teníamos previsto.
Ha sido la semana cultural del instituto, como en todos y el chico presentó un vídeo hablando sobre su libro favorito. Pues bien, resultó ganador del concurso y recibió el premio ese mismo día. Me hubiera encantado verlo, porque a la vez que recibía el premio en el salón de actos todos los chicos que había allí le cantaron su cumpleaños feliz, se le encendió la carita de vergüenza pero a la vez se sintió tan contento recibiendo el cariño de todos...
No podéis imaginar lo que supone todo esto para él, y es que en el colegio que estaba antes cada vez que presentaba un trabajo, por bueno que fuera recibía críticas por culpa de los celos y las envidias de los compañeros y de sus padres, y como encima, muchos de ellos pertenecían al clan o el clan quería que se uniera a su causa, pues se dedicaban a hundir a mi niño los propios profesores, lo que daba alas a los acosadores para que aún lo trataran peor.
Ya sé que esto resulta difícil de entender, incluso de explicar, pero así era. Cisco presentaba un vídeo, y como los padres lo podían ver a través de una aplicación (tipo WhatsApp), pues empezaban a decir que si lo ayudaban sus padres, que eso no podía ser, etc..., cuando ellos los ayudaban igual o más, eso sí, mucho peor, sin obtener los mismos resultados y eso era lo que molestaba, así que los papis de tal o cual iban con esos cuentos y el profe empezaba a decir que quería vídeos sin efectos especiales y al final parecía que lo hubiera hecho fatal el pobre.
Así que cuando este año una profe lo animó a presentarse a este concurso me alegré un montón por verlo de nuevo ilusionado y con ganas de hacerlo muy bien. Y encima no sólo sentir el reconocimiento, sino también el cariño de profesorado y alumnado ha sido para él lo mejor, así que bueno, que les den morcilla a los del Colegio El Romeral y a sus jornadas multidisciplinares (sí, lo suyo no se puede llamar semana cultural, como en cualquier centro, ellos son más finos) y a todos esos enchufados a los que aunque no valgan un pimiento les quieren dar puestos destacados en su ranking.
Ingredientes:
Para la placa de bizcocho:
* 4 huevos.
* 1 cucharada de extracto de vainilla.
* 110 gr. de azúcar.
* 110 gr. de harina.
* 1 cucharadita de polvo de hornear.
* 1/4 cucharadita de sal.
Para la mousse de Nutella:
* 2 sobres de gelatina en polvo.
* 50 ml. de agua fría.
* 100 gr. de leche.
* 50 gr. de chocolate (con una concentración del 70%).
* 400 ml. de nata líquida.
* 2 claras de huevo.
* 15 gr. de azúcar.
* Un pellizco de sal.
* 2 cucharadas de cacao en polvo.
Para la cobertura brillante:
* 80 gr. de gelatina en polvo.
* 120 ml. de agua.
* 300 gr. de glucosa (o golden syrup, o sirope de maíz, yo utilicé Golden Syrup).
* 300 gr. de azúcar.
* 150 ml. de agua.
* 200 ml. de leche condensada.
* 300 gr. de chocolate blanco.
* Colorante alimentario (si lo deseáis).
Preparación:
De la placa de bizcocho:
- En el bol de la batidora, con las varillas, batimos juntos loa huevos y la vainilla.
- Agregamos el azúcar poco a poco y batimos hasta que quede bien integrada.
- En un bol tamizamos juntos la harina, el polvo de hornear y la sal, vertemos en el bol de la batidora y volvemos a batir hasta que nos quede una mezcla homogénea.
- Vertemos la masa sobre la bandeja, extendiéndola bien.
- Horneamos durante 10-12 minutos en el horno precalentado a 180ºC.
- Una vez horneado, sacamos del horno y dejamos enfriar mientras vamos preparando la mousse.
De la mousse de Nutella:
- En un bol pequeño hidratamos la gelatina con el agua y dejamos reposar.
- En un cazo echamos la leche con la Nutella y calentamos a fuego lento, revolviendo suavemente hasta que la Nutella quede bien disuelta.
- Retiramos del fuego y añadimos el chocolate bien troceado y removemos hasta que se funda con el calor que ya tenemos de la mezcla anterior.
- Añadimos la gelatina hidratada y volvemos a remover para que quede bien disuelta, reservamos.
- En el vaso de la batidora, con las varillas, montamos las claras con un pellizco de sal, hasta que nos queden picos blandos.
- Agregamos 1 cucharada de azúcar, volvemos a batir y ya la mezclamos con crema de chocolate que teníamos reservada con una lengua pastelera, con movimientos envolventes. Reservamos de nuevo.
- De nuevo, en el vaso de la batidora, con las varillas, montamos la nata bien fría con el cacao en polvo.
- Otra vez, con movimientos envolventes mezclamos la mezcla de nata con la crema de chocolate que teníamos preparada, que nos quede todo bien integrado.
- Vertemos la mezcla en el molde, asegurándonos de que llegue a todos los rincones del molde. Colocamos la placa de bizcocho recortada y adaptada a las medidas del molde sobre la mousse.
- Cubrimos con film transparente y congelamos.
De la cobertura brillante:
- Mezclamos 120 ml. de agua con la gelatina y la dejamos reposar para que se hidrate.
- Hervimos la glucosa (en mi caso, Golden Syrup), el azúcar y 150 ml. de agua.
- Retiramos del fuego y añadimos la gelatina y la leche condensada.
- Vertemos la mezcla sobre el chocolate y batimos con la batidora (yo después lo pasé por el colador para que quede una textura más fina).
- Añadimos el colorante que deseemos y mezclamos bien.
- Yo no he utilizado termómetro, pero hay que dejarlo enfriar lo suficiente para que alcance espesor pero no tanto como para que no quede pastosa al verterlo sobre el pastel. Así que en mi caso ha sido totalmente a ojo.
Desmoldamos el pastel congelado y rociamos la cobertura brillante, ya sólo falta si queréis, poner alguna decoración, como el brillo dorado y las estrellas que yo le he puesto.
Mira que yo siempre he presumido de no ser rencorosa, pero tengo que reconocerlo y el otro día lo hablaba con una compi precisamente; y es que cuando veo injusticias tan grandes y tanta mala leche, me entra por dentro yo qué se qué que no puedo evitar sentir un gran rencor, es un dolor enorme que no se cura tan fácilmente. Solo espero que la alegría de ver a mis hijos tan a gusto hoy por hoy lo vaya curando todo y yo vuelva a ser al menos, parecida a la que era.
Lo siento, porque no os he contado nada de la receta, pero necesitaba este desahogo. Ha sido la tarta para el cumple de mi chico, y rica no, riquísima, tanto que el cumple fue el viernes, era solo para nosotros cuatro nada más, y apenas quedan dos trocitos que se zamparán hoy. Y es que este tipo de tartas son las favoritas de Cisco. Sólo me queda enviaros muchos besotes, aunque hoy van especialmente dedicados a mi pequeñín, que se merece todo lo bueno que le ha pasado. Hasta la próxima entrada!!!