Ya estamos todos metidos en faena, Rafa era el único que faltaba que empezara las clases y lo hace esta misma mañana. Al pequeñín le tocó la semana pasada, iba un poco nerviosete porque este año mezclaban las clases, pero una vez que supo que continuaba con su pandilla se quedó tranquilísimo y entró contento a clase.
Si soy sincera, yo también iba con ese sinvivir, tanto que cuando vi el listado de la clase hasta hice un pequeño bailecito delante del tablón y para mi sorpresa, lejos de avergonzarse y pedirme que me estuviera quieta, mis hijos se hartaron de reír.
Soy payasa hasta más no poder, lo reconozco, e intento contenerme, pero claro, a veces me sale de manera natural, sin pensar, y ellos que ya son grandecitos pues empiezan a mirarme con una cara de esas de : "¡¡¡Mamá, no me avergüences por favor!!!".
Y es que la vida sin echarse unas risas pues es muy triste. Cuantas parejas veo en ese colegio a las que no les sale un beso espontáneo, ni un abrazo, y que risas tan falsas a veces, y que refinamiento tan forzado en ocasiones..., con lo que se disfruta siendo uno tal y como es, además toda esa gente no puede mantener siempre el tipo y claro, al final terminan enseñando la patita.
En el hospital también nos pasa mucho eso, y por eso te encuentras gente pidiendo almohadas para los intestinos (que aún me pregunto cómo se pone eso), o explicándote que tiene una arteria muy mal que se llama "prepucio" y que no pueden desobstruir, o enseñándote el brazo inmovilizado diciendo que "el cabritillo" no le ha ido bien. Lo que aún no me explico es cómo mantenemos el tipo en esas circunstancias para no soltar una carcajada, y es que una cosa es cuando una persona mayor te dice que le pongas un "girasol" (aerosol), o que se toma la pastilla del coche ( Sintroem=Sintrom), etc.,(esas cosas hacen gracia), y otra cuando se quieren poner finos y sueltan esas barbaridades, casi revientas por dentro para no reírte.
Ingredientes:
* 1/2 taza+2 cucharadas de harina para todo uso.
* 1/2 taza de cacao en polvo.
* 1 cucharadita de café soluble.
* 1+1/2 tazas de azúcar, dividido.
* 12 claras de huevo (yo las he usado pasteurizadas), a Tª ambiente.
* Una pizca de sal.
* 1+1/2 cucharadita de cremor tártaro.
* 2 cucharaditas de extracto de vainilla.
* Azúcar glas, para espolvorear.
* Chips de chocolate con leche.
Preparación:
- Precalentamos el horno a 180ºC y forramos nuestro molde con los papelitos escogidos.
- En un bol mezclamos la harina (tamizada), el cacao en polvo (también tamizado), el café soluble y 1/4 de taza+ 2 cucharadas de azúcar. Reservamos.
- En el bol de la batidora, con las varillas de montar y a velocidad alta, batimos las claras junto con la sal, el cremor tártaro y la vainilla, hasta que formen picos suaves.
- Con la batidora aún en marcha, añadimos poco a poco el resto del azúcar y batimos hasta que la mezcla alcance picos brillantes y firmes, eso nos llevará unos 2-3 minutos.
- Ahora vertemos de poquito en poquito los ingredientes secos sobre ese merengue que nos ha quedado, integrándolo con nuestra lengua pastelera y con movimientos envolventes.
- Llenamos generosamente cada molde, hasta el borde, para que después nos queden estos copetes tan apetecibles.
- Espolvoreamos con abundante azúcar glas y rociamos los chips de chocolate.
- Horneamos durante unos 30 minutos.
- Sacamos del horno y los dejaremos enfriar durante una hora en el molde antes de retirar para que ayude a que esos copetes no se vengan abajo.
Total que contando cosas no os he dicho nada de la receta, aunque creo que basta con la vista que tienen estos muffins, no dejéis de preparar esta receta porque además de quedar así de ricos resultan la mar de ligeros. Espero que os apetezca prepararlos. Besotes.