Pues ya se acerca la Semana Santa, y me pareció que ya llegaba un buen momento para comenzar con decoraciones de Pascua, así que he aprovechado el reto semanal de la magdalena para presentaros estos cupcakes, que le tenía yo ganas a estos moldes de bombones, y me parecieron los propios para realizar los adornos.
Ya sé, ya sé,..., no son dulces típicos de nuestra Semana Santa, pero ya me conocéis y no es que desprecie ni mucho menos nuestras torrijas, o los pestiños, o las monas de Pascua, me parecen buenísimos. Sin embargo a mí me pueden estos pastelitos, y sólo ese aspecto tan alegre y colorido me hace el día más agradable, sin ni siquiera tener la necesidad de probarlos, únicamente mirándolos me siento más optimista y animada.
Y es que sin querer, las que somos aficionadas a la cocina recibimos vibraciones de lo que cocinamos. Da igual lo cansada o triste que pueda estar, pero por ejemplo cuando preparo las tartas de cumple de los peques, no sé..., me voy reconfortando yo sola mientras horneo, diseño, modelo, decoro,..., imagino la cara de mis peques conforme voy avanzando y viendo el resultado, y ese entusiasmo y alegría se va apoderando de mí, hasta que por fin la historia de la tarta y los personajes están listos, y siento la misma ilusión que podía experimentar cuando era pequeña y esperaba yo el regalo de mi cumpleaños.
En otras ocasiones, en cambio, somos nosotros quienes transmitimos lo que sentimos a través de nuestras recetas, y no sólo me refiero al aspecto, al menos a mí se me antoja que cuando pruebo uno de mis dulces percibo mis propios sentimientos. Aunque claro, la apariencia del plato es lo más evidente, por eso no pude evitar emocionarme cuando leí tantas impresiones y comentarios con el Rose Velvet Cake que preparé para nuestro aniversario, tuve la sensación de que percibisteis lo que quise transmitir con ella a la perfección.
Habrá alguien a quien le guste la cocina y no adore el libro o la película "Como agua para chocolate"??? No me digáis que no es un relato maravilloso, es increíble cómo la autora utiliza la gastronomía mejicana como metáfora de los sentimientos de la protagonista. Sí, sería un poco exagerado pensar que nuestras recetas pudieran provocar semejantes reacciones, pero al fin y al cabo también enriquecen la vida de las personas que nos rodean.
Eso es importante, pensar en que lo que hacemos influye en la vida de los demás, hasta los guisos y los pucheros de diario, yo disfruto una barbaridad cuando mis niños me dicen que mi comida está riquísima, o cuando me piden tal o cual plato que les encanta.
También es inevitable cuando piensas en las personas, seguro que todos recordáis lo buenas que hacía la abuela las torrijas, o lo ricas que le salían a la tía las papas a lo pobre,..., a que os pasa??? Cualquiera que ame la cocina ha intentado emular a algún familiar que preparaba ésto o aquello de una u otra manera, y cuando se consigue el resultado que buscas te vienen multitud de recuerdos, casi siempre de momentos felices que añoras.
Ingredientes:
* 140 gr. de harina blanca.
* Una cucharada de levadura en polvo.
* 140 gr. de copos de avena (yo utilicé una que viene con canela y le da un toque estupendo).
* 115 gr. de azúcar moreno.
* 150 gr. de ciruelas pasas sin hueso troceadas.
* 2 huevos medianos.
* 250 cc. de suero de mantequilla.
* 6 cucharadas de aceite de girasol.
* Una cucharadita de extracto de vainilla.
Preparación:
- Precalentamos el horno a 200ºC y preparamos nuestro molde con las cápsulas.
- En un bol tamizamos la harina y la levadura en polvo. Después incorporamos el azúcar, la avena y las ciruelas.
- En otro bol batimos ligeramente los huevos, y a continuación agregamos el suero de mantequilla, el aceite y el extracto de vainilla.
- Hacemos un hueco en el centro de los ingredientes secos y vertemos los líquidos batidos. Mezclando un poco para que queden ligados, pero sin trabajar demasiado la masa.
- Repartimos la masa entre los moldes y horneamos alrededor de 20 minutos.
- Dejamos que enfríen durante unos 5 minutos en el molde, y, o bien las servimos calientes, o las colocamos sobre una rejilla para que se terminen de enfriar.
Las magdalenas han quedado deliciosas, el frosting esta vez consiste en nata montada con chocolate blanco, me hubiera gustado que quedara más montada, pero el jueves mi batidora decidió unirse a la huelga, así que tendrá que visitar el servicio técnico. Los conejitos y los huevos están hechos con un molde de Pascua y chocolate de colores. Pues espero que os guste y feliz fin de semana para todos.
viernes, 30 de marzo de 2012
Plum & Cinnamon Oat Cupcakes (Reto semanal de la magdalena: S-40)
Etiquetas:
Cupcakes,
Magdalenas,
Recetas,
Semana Santa
Ubicación:
Málaga, España
martes, 27 de marzo de 2012
Chocolate, Caramel & Halzenut Cheesecake
A pesar de haber llegado la primavera, estos primeros días no están siendo especialmente cálidos, no es que haga frío , pero no es lo que cabe esperar, y menos aquí, en Málaga. Y se me ocurrió que este cheesecake era muy propio para estos días tontos que estamos teniendo.
Llevaba tiempo dándole vueltas a esta receta, pero por unas cosas u otras no me decdía, y al final, ayer por la mañana me levanté con ganas de prepararla, así que cuando regresé a casa después de dejar a los niños en el colegio me puse a la faena.
Me pasa mucho, ésto de que me guste una receta y no me resuelva a elaborarla, y de pronto me entra como un gusanillo que me impulsa hacia la cocina y los ingredientes, y hasta que no la termino no paro. En ocasiones, hasta me puedo pasar meses con la idea en la cabeza, pero hasta que no me da el impulso no hay nada qué hacer, es como si encontrara siempre una excusa para relegarla, y de repente es como si alguien me diera un empujón y no me dejara ir hacia otro lado hasta que la tarea no está concluida.
Otras veces, en cambio, encuentro una receta o se me ocurre algo y tengo que ir como alma que lleva el diablo para prepararla, inmediatamente, sin más. No sé por qué mi cerebro me hace estas cosas, el caso es que me las hace y no me queda otro remedio que seguir sus dictámenes, al fin y al cabo es el que manda.
Quizás no sea cosa del cerebro ahora que lo pienso, es muy posible que sea mi alma la que me induce por uno u otro camino, o quizás ambas estén conchabadas ¿quién lo sabe? Sea como fuere, ayer sentí ese estímulo, y aquí tenéis el resultado.
Es una receta de la Hummingbird de nuevo, me temo que cualquier día van a tomar medidas contra mí, porque poco a poco, os estoy publicando su libro aquí en el blog. Y es que como os digo siempre, sus recetas son magníficas, no tienen desperdicio.
Cada nueva receta que probamos en casa de su libro nos deja boquiabiertos, así que siempre está el reto de saber si la siguiente causará la misma impresión. Hasta ahora no nos ha defraudado, esperemos que siga siendo así.
Ingredientes:
Para la base de galletas:
* 220 gr. de galletas digestive.
* 100 gr. de mantequilla sin sal, derretida.
Para el relleno:
* 700 gr. de queso crema .
* 120 gr. de caster sugar (ya os lo he comentado antes, es un azúcar ultrafino que se disuelve mejor en las mezclas frías, pero como probablemente os costará encontrarlo, sustituidlo por azúcar normal).
* 3 huevos.
* 50 gr. de caramelo envasado o dulce de leche, yo no tenía dulce de leche, pero sí tenía una crema de caramelo que vendían en una de esas promociones del Lidl, así que fue la que usé.
* 50 gr. de chocolate con un mínimo de 70% de cacao, cortado en trozos.
Para rematar:
* 4 cucharadas de caramelo envasado o dulce de leche.
* 2 cucharadas de avellanas tostadas.
Preparación:
- Cubrimos la base de nuestro molde desmontable redondo con papel para hornear.
- En un procesador de alimentos trituramos las galletas junto con la mantequilla derretida. Ésto lo he hecho así en la Thm, pero si no tenéis no hay problema, se trata de triturar las galletas y mezclarlas con la mantequilla derretida.
- Vertemos la mezcla de las galletas y la mantequilla en el molde, presionando con nuestras manos sobre la base del molde, para que quede bien compacto.
- Metemos en el frigorífico durante unos 20-30 minutos.
- Ahora pondremos a precalentar el horno a 180ºC, mientras hacemos el relleno de queso de la tarta. Yo , como no tenía avellanas tostadas, aproveche el momento para tostarlas, muy sencillo, las ponemos sobre una bandeja de horno y las dejamos alrededor de unos 10-15 minutos, vamos, lo que tardamos en hacer el rellano.
- Ahora, en el vaso de la batidora mezclaremos el queso crema junto con el azúcar, hasta que quede esponjoso.
- Vamos añadiendo los huevos, uno a uno, batiendo bien después de cada adición.
- Transferiremos un tercio de la crema de queso a un bol y reservaremos .
- A los dos tercios le agregaremos el caramelo o el dulce de leche y batiremos para que quede bien ligado, y verteremos en el molde, sobre la mezcla de galletas.
- Derretiremos el chocolate, bien al baño María, bien al microondas (a mí esta manera me parece mucho más cómoda y limpia, ya sabéis, poca potencia y tiempos cortos).
- Incorporaremos el chocolate al tercio restante de mezcla de queso y volveremos a verter en el molde, sobre la mezcla de queso anterior.
- Aseguraos de cubrir bien la base y los lados del molde con papel de aluminio, ya que ahora hornearemos al baño María, y es importante que no se nos cuele agua por el molde. Yo, además, para que no salte agua al pastel utilizo el viejo truco de echar en el agua las cáscaras de los huevos que habríamos desechado antes.
- Y lo dicho, horneamos durante unos 35-45 minutos, o hasta que el cheesecake adquiera un tono dorado.
- Dejaremos que enfríe dentro del molde a Tª ambiente, para después meterlo en el frigorífico durante al menos unas cuantas horas, a ser posible, mejor si lo dejamos durante toda la noche.
- Un vez bien frío, desmoldaremos, y entonces verteremos como topping el caramelo o el dulce de leche, y remataremos con las avellanas tostadas a modo de sprinkles.
Y de nuevo, como cada vez que hago una receta de este libro, os tengo que decir que quedó impresionante. El contrate entre los dos tipos de pastel de queso, uno con el chocolate y el otro con el caramelo combinan a la perfección. Y el caramelo por encima con las avellanas...ummm, es que no sé cómo explicarlo, un placer.
Llevaba tiempo dándole vueltas a esta receta, pero por unas cosas u otras no me decdía, y al final, ayer por la mañana me levanté con ganas de prepararla, así que cuando regresé a casa después de dejar a los niños en el colegio me puse a la faena.
Me pasa mucho, ésto de que me guste una receta y no me resuelva a elaborarla, y de pronto me entra como un gusanillo que me impulsa hacia la cocina y los ingredientes, y hasta que no la termino no paro. En ocasiones, hasta me puedo pasar meses con la idea en la cabeza, pero hasta que no me da el impulso no hay nada qué hacer, es como si encontrara siempre una excusa para relegarla, y de repente es como si alguien me diera un empujón y no me dejara ir hacia otro lado hasta que la tarea no está concluida.
Otras veces, en cambio, encuentro una receta o se me ocurre algo y tengo que ir como alma que lleva el diablo para prepararla, inmediatamente, sin más. No sé por qué mi cerebro me hace estas cosas, el caso es que me las hace y no me queda otro remedio que seguir sus dictámenes, al fin y al cabo es el que manda.
Quizás no sea cosa del cerebro ahora que lo pienso, es muy posible que sea mi alma la que me induce por uno u otro camino, o quizás ambas estén conchabadas ¿quién lo sabe? Sea como fuere, ayer sentí ese estímulo, y aquí tenéis el resultado.
Es una receta de la Hummingbird de nuevo, me temo que cualquier día van a tomar medidas contra mí, porque poco a poco, os estoy publicando su libro aquí en el blog. Y es que como os digo siempre, sus recetas son magníficas, no tienen desperdicio.
Cada nueva receta que probamos en casa de su libro nos deja boquiabiertos, así que siempre está el reto de saber si la siguiente causará la misma impresión. Hasta ahora no nos ha defraudado, esperemos que siga siendo así.
Ingredientes:
Para la base de galletas:
* 220 gr. de galletas digestive.
* 100 gr. de mantequilla sin sal, derretida.
Para el relleno:
* 700 gr. de queso crema .
* 120 gr. de caster sugar (ya os lo he comentado antes, es un azúcar ultrafino que se disuelve mejor en las mezclas frías, pero como probablemente os costará encontrarlo, sustituidlo por azúcar normal).
* 3 huevos.
* 50 gr. de caramelo envasado o dulce de leche, yo no tenía dulce de leche, pero sí tenía una crema de caramelo que vendían en una de esas promociones del Lidl, así que fue la que usé.
* 50 gr. de chocolate con un mínimo de 70% de cacao, cortado en trozos.
Para rematar:
* 4 cucharadas de caramelo envasado o dulce de leche.
* 2 cucharadas de avellanas tostadas.
Preparación:
- Cubrimos la base de nuestro molde desmontable redondo con papel para hornear.
- En un procesador de alimentos trituramos las galletas junto con la mantequilla derretida. Ésto lo he hecho así en la Thm, pero si no tenéis no hay problema, se trata de triturar las galletas y mezclarlas con la mantequilla derretida.
- Vertemos la mezcla de las galletas y la mantequilla en el molde, presionando con nuestras manos sobre la base del molde, para que quede bien compacto.
- Metemos en el frigorífico durante unos 20-30 minutos.
- Ahora pondremos a precalentar el horno a 180ºC, mientras hacemos el relleno de queso de la tarta. Yo , como no tenía avellanas tostadas, aproveche el momento para tostarlas, muy sencillo, las ponemos sobre una bandeja de horno y las dejamos alrededor de unos 10-15 minutos, vamos, lo que tardamos en hacer el rellano.
- Ahora, en el vaso de la batidora mezclaremos el queso crema junto con el azúcar, hasta que quede esponjoso.
- Vamos añadiendo los huevos, uno a uno, batiendo bien después de cada adición.
- Transferiremos un tercio de la crema de queso a un bol y reservaremos .
- A los dos tercios le agregaremos el caramelo o el dulce de leche y batiremos para que quede bien ligado, y verteremos en el molde, sobre la mezcla de galletas.
- Derretiremos el chocolate, bien al baño María, bien al microondas (a mí esta manera me parece mucho más cómoda y limpia, ya sabéis, poca potencia y tiempos cortos).
- Incorporaremos el chocolate al tercio restante de mezcla de queso y volveremos a verter en el molde, sobre la mezcla de queso anterior.
- Aseguraos de cubrir bien la base y los lados del molde con papel de aluminio, ya que ahora hornearemos al baño María, y es importante que no se nos cuele agua por el molde. Yo, además, para que no salte agua al pastel utilizo el viejo truco de echar en el agua las cáscaras de los huevos que habríamos desechado antes.
- Y lo dicho, horneamos durante unos 35-45 minutos, o hasta que el cheesecake adquiera un tono dorado.
- Dejaremos que enfríe dentro del molde a Tª ambiente, para después meterlo en el frigorífico durante al menos unas cuantas horas, a ser posible, mejor si lo dejamos durante toda la noche.
- Un vez bien frío, desmoldaremos, y entonces verteremos como topping el caramelo o el dulce de leche, y remataremos con las avellanas tostadas a modo de sprinkles.
Y de nuevo, como cada vez que hago una receta de este libro, os tengo que decir que quedó impresionante. El contrate entre los dos tipos de pastel de queso, uno con el chocolate y el otro con el caramelo combinan a la perfección. Y el caramelo por encima con las avellanas...ummm, es que no sé cómo explicarlo, un placer.
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Cheesecake,
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Tartas
Ubicación:
Málaga, España
domingo, 25 de marzo de 2012
Tuna & Olives Mini-Cupcakes (Reto semanal de la magdalena: S.-39)
Sí, el reto de esta semana eran unas saladas, así que las preparé como aperitivo el sábado por la mañana, y de paso pues también me llevé unas cuantas para el hospi por la noche. Algunas chicas del grupo no andaban muy contentas con lo de que fueran saladas, pero el reto al fin y al cabo es preparar todas las recetas del libro.
Si he de ser sincera, a mí me gustan más las dulces, pero un reto es un reto. En cualquier caso debo decir que me sorprendió el resultado y que quedaron realmente buenas. Yo creo que la idea de hacerlas así en pequeñito fue un acierto, y más con el queso crema que usé a modo de frosting.
Quedaron como unos canapés, y no resultaron nada pesados, que era lo que temía al hacerlas grandes. Así que ahí os ofrezco una nueva idea para un piscolabis original y rico, además podemos jugar con muchos sabores, ya veréis ya, que aún quedan unas cuantas saladas de nuestro libro.
Y es que no hay nada como probar nuevas maneras de hacer las cosas, a veces no está una para muchas pruebas, pero cuando llega un poquito de inspiración, el resultado es estimulante y gratificante. Sin esos momentos, al menos mi vida, resultaría aburrida y monótona, así que esos instantes son para mí de un gran valor.
Yo creo que a muchos les falta ese puntito, me refiero a ese aliciente en la vida, en mi caso es la inspiración en la cocina, para otros será pintar, o bailar o hacer deporte. Pero si algunos dedicaran su tiempo a menesteres que le hicieran su vida más agradable, estoy segura de que estarían más alegres y no necesitarían recurrir a meterse en la vida de los demás, o a instigar contra otros, o simplemente, no dejarían espacio a la envidia.
Llenar tu existencia con cosas que te gustan es uno de esos placeres que sólo uno mismo puede permitirse. Hay cosas que nadie puede hacer por ti, y me da la sensación de que algunas personas esperan ahí sentadas, esperando que vengas las cosas buenas de la vida, y lo siento por ellas, pero eso hay que buscarlo, os aseguro que no viene sólo.
No digo que sea fácil, pero apasionarse con algo es como obtener ese tesoro que sólo uno sabe dónde está escondido. Es como encajar la última pieza del puzzle. Hay quien lo tiene todo y se siente vacío, y eso es porque le falta la última pieza, la que hace que uno se sienta completo y satisfecho.
Ingredientes:
* 90 gr. de aceitunas negras sin hueso.
* 280 gr. de harina blanca.
* Una cucharada de levadura en polvo.
* 1/8 cucharadita de sal.
* Pimienta negra recién molida.
* 2 huevos medianos.
* 250 cc. de buttermilk.
* 6 cucharadas de aceite de girasol u 85 gr. de mantequilla.
* 400 gr. de atún en conserva en aceite de oliva, escurrido y desmenuzado.
* Yo también le agregué un poco de orégano a la masa, y lo cierto es que le va genial este sabor.
Preparación:
- Precalentamos el horno a 200ºC y preparamos nuestro molde, bien engrasándolo o colocando cpasulitas de papel.
- Cortamos las aceitunas en trozos grandes y reservamos 12 enteras para decorar.
- En un bol tamizamos la harina, la sal y pimienta al gusto, y la levadura en polvo. Después incorporamos las aceitunas troceadas.
- En otro bol batimos ligeramente los huevos, y a continuación, agregamos el buttermilk y el aceite o mantequilla.
- Hacemos un hueco en el centro de los ingredientes secos y vertemos lo líquidos batidos, y después añadimos el atún.
- Mezclamos un poco para que queden ligados pero sin trabajar demasiado la masa.
- Repartimos la masa entre los moldes, y colocamos un aceituna sobre cada una.
- Horneamos durante 20 minutos o hasta que la masa esté firme y dorada.
- Las dejaremos en el molde durante 5 minutos y las serviremos calientes.
Como veréis, yo preferí guardarme esa última aceituna, les puse con la manga ese "frosting" con queso crema (tipo Philadelphia), puse un poquito de orégano a modo de sprinkles y como decoración, pues la aceitunita.
Y mirad lo que hicieron los conejitos en un momento en el que me despisté mientras hacía las fotos, menudos gamberros!!! ( jejeje...no pude resistirme).
Si he de ser sincera, a mí me gustan más las dulces, pero un reto es un reto. En cualquier caso debo decir que me sorprendió el resultado y que quedaron realmente buenas. Yo creo que la idea de hacerlas así en pequeñito fue un acierto, y más con el queso crema que usé a modo de frosting.
Quedaron como unos canapés, y no resultaron nada pesados, que era lo que temía al hacerlas grandes. Así que ahí os ofrezco una nueva idea para un piscolabis original y rico, además podemos jugar con muchos sabores, ya veréis ya, que aún quedan unas cuantas saladas de nuestro libro.
Yo creo que a muchos les falta ese puntito, me refiero a ese aliciente en la vida, en mi caso es la inspiración en la cocina, para otros será pintar, o bailar o hacer deporte. Pero si algunos dedicaran su tiempo a menesteres que le hicieran su vida más agradable, estoy segura de que estarían más alegres y no necesitarían recurrir a meterse en la vida de los demás, o a instigar contra otros, o simplemente, no dejarían espacio a la envidia.
Llenar tu existencia con cosas que te gustan es uno de esos placeres que sólo uno mismo puede permitirse. Hay cosas que nadie puede hacer por ti, y me da la sensación de que algunas personas esperan ahí sentadas, esperando que vengas las cosas buenas de la vida, y lo siento por ellas, pero eso hay que buscarlo, os aseguro que no viene sólo.
No digo que sea fácil, pero apasionarse con algo es como obtener ese tesoro que sólo uno sabe dónde está escondido. Es como encajar la última pieza del puzzle. Hay quien lo tiene todo y se siente vacío, y eso es porque le falta la última pieza, la que hace que uno se sienta completo y satisfecho.
Ingredientes:
* 90 gr. de aceitunas negras sin hueso.
* 280 gr. de harina blanca.
* Una cucharada de levadura en polvo.
* 1/8 cucharadita de sal.
* Pimienta negra recién molida.
* 2 huevos medianos.
* 250 cc. de buttermilk.
* 6 cucharadas de aceite de girasol u 85 gr. de mantequilla.
* 400 gr. de atún en conserva en aceite de oliva, escurrido y desmenuzado.
* Yo también le agregué un poco de orégano a la masa, y lo cierto es que le va genial este sabor.
Preparación:
- Precalentamos el horno a 200ºC y preparamos nuestro molde, bien engrasándolo o colocando cpasulitas de papel.
- Cortamos las aceitunas en trozos grandes y reservamos 12 enteras para decorar.
- En un bol tamizamos la harina, la sal y pimienta al gusto, y la levadura en polvo. Después incorporamos las aceitunas troceadas.
- En otro bol batimos ligeramente los huevos, y a continuación, agregamos el buttermilk y el aceite o mantequilla.
- Hacemos un hueco en el centro de los ingredientes secos y vertemos lo líquidos batidos, y después añadimos el atún.
- Mezclamos un poco para que queden ligados pero sin trabajar demasiado la masa.
- Repartimos la masa entre los moldes, y colocamos un aceituna sobre cada una.
- Horneamos durante 20 minutos o hasta que la masa esté firme y dorada.
- Las dejaremos en el molde durante 5 minutos y las serviremos calientes.
Como veréis, yo preferí guardarme esa última aceituna, les puse con la manga ese "frosting" con queso crema (tipo Philadelphia), puse un poquito de orégano a modo de sprinkles y como decoración, pues la aceitunita.
Y mirad lo que hicieron los conejitos en un momento en el que me despisté mientras hacía las fotos, menudos gamberros!!! ( jejeje...no pude resistirme).
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Magdalenas,
Recetas saladas.
Ubicación:
Málaga, España
viernes, 23 de marzo de 2012
Peach & Blueberry Bundt Cake.
Ayyyyyy!!! Qué ganas tenía de enseñaros mi regalo de aniversario!!! Sí, lo habéis acertado, un molde de Nordic Were, yo que era de las que prefería gastarme el dinerillo en otras cosas y no todo en un sólo molde. Claro que no me lo he comprado yo, si no, seguramente me lo habría pensado y me hubiera vuelto sin él, pero como ha sido un regalito, pues pa la saca...jajaja
Y debo reconocer que vaya diferencia, es perfecto, el bizcocho no puede salir mejor y más bonito. Resulta tan fácil desmoldar el bundt..., hay que decirlo, desde luego son los mejores moldes. Eso sí, que ahora a ver quién utiliza los demás, porque teniendo ahí uno tan estupendo me va a dar pereza usar otro, y por otro lado, no voy a emplear siempre el mismo. Un dilema, ¿verdad chicas?, jejeje.
También me pasa con los cake stands, y es que hay algunos que me vuelven loca, como el de hoy, tan blanco y tan clásico, pero tan monooo. No me gusta poneros siempre el mismo en las fotos, y aunque los demás me gustan mucho, éste, que además fue el primero, pues es especial para mí, no sé deciros por qué, pero es así.
Y a mi marido lo vuelvo loco al pobre cada vez que aparezco con uno nuevo, cuando lo ve, me dice: "Otro??!!". Y es que cuando encuentro alguno a un precio razonable no me puedo resistir, aunque la verdad es que no sé dónde ir guardándolos ya, no es que sean una barbaridad, pero sí que son unos cuantos y claro, en casa somos cuatro con un espacio limitado, como cualquier pisito.
Menos mal que aquí, en España, no son tan fáciles de encontrar, porque si no iba a parecer una de esas señoras que salen en la televisión con el Síndrome de Diógenes, aunque no descartéis aún verme cualquier día en vuestras pantallas, rodeada de cake stands, libros y cachivaches de repostería.
Y es que lo de la repostería creativa engancha, y encima a mí me gusta todo. Hay blogs que se especializan más, hacen más tartas, o casi exclusivamente cupcakes, o se inclinan más por el fondant, pero es que a mí me gusta hacer de todo, experimentar con todo. Para mí resulta igual de emocionante hacer un Bundt Cake, como es el caso de hoy, que cupcakes, que decorar una tarta o galletas.
Hay quien le da más mérito a una cosa que a otras, y yo, que me gusta manejarlo todo os digo desde ya, que todo tiene su aquel. Nada es más que nada. Entiendo que una tarta de fondant bien hecha, quizás llama más la atención, pero si la partes y no hay quien se la coma, pierde puntos. Así que yo considero importante cuidar todos los detalles, el ir probando con una receta, y otra, y otra, nos ayudará a escoger una buena fórmula para un acontecimiento especial, que aguante bien el peso del fondant y que sea rica y jugosa.
Hacer un buen bizcocho, o usar bien la manga pastelera, o hacer una figurita de fondant, es complicado, nada resulta fácil. Para aprender un poco de todo hay que poner mucha voluntad y esfuerzo, por eso os digo que nada desmerece a nada, yo, que he aprendido (y sigo aprendiendo) desde casa, sin acudir a cursos, con tutoriales que mucha gente amable ha ido dejando por ahí. Os lo puedo asegurar, cada técnica tiene su truco, y ya no cada técnica, sino cada una de nosotras tenemos nuestras manías y formas de hacerlas.
Ingredientes:
* 200 gr. de mantequilla sin sal, suavizada.
* 400gr. de azúcar.
* 6 huevos.
* Una cucharadita de extracto de almendras.
* Una cucharadita de extracto de vainilla.
* 450 gr. de harina para repostería.
* 1/4 cucharadita de sal.
* 1/4 cucharadita de bicarbonato sódico.
* 150 cc. de nata agria.
* 400 gr. de melocotones en conserva (cortado en trocitos).
* 200 gr. de arándanos (azules).
* Azúcar glas (para decorar).
Preparación:
- En el vaso de la batidora, cremamos la mantequilla junto con el azúcar, hasta que la mezcla de torne ligera y esponjosa.
- Añadimos ahora los huevos, uno a uno, batiendo bien después de cada adición.
- Agregamos los extractos y volvemos a batir bien para que queden bien integrados.
- En otro bol, combinamos la harina, la sal y el bicarbonato sódico.
- En este momento sumaremos los ingredientes secos a la mezcla de mantequilla en 3 veces, alternando con la nata agria, terminando siempre con la harina.
- Incorporamos los melocotones y los arándanos, integrándolos con movimientos envolventes.
- Vertemos en el molde engrasado y metemos en el horno precalentado a 180ºC, durante unos 60-70 minutos.
- Dejamos enfriar en el molde durante unos 15 minutos. Desmoldamos y dejamos que se enfríe completamente en una rejilla.
- Sólo nos queda espolvorear con azúcar glas.
Lo único que me queda deciros que el Bundt es una verdadera delicia, con sus trocitos de melocotón y sus arándanos. El sour cream o nata agria lo hace muy suave y esponjoso. Bueno, yo creo que el aspecto lo dice todo. Besotes y buen finde.
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Bundt Cake,
Recetas
Ubicación:
Málaga, España
miércoles, 21 de marzo de 2012
Apple & Berry Cupcakes (Reto semanal de la magdalena: S-38)
Bueno chicas, sólo puedo daros las gracias por volcaros tanto conmigo en la última entrada, tanto aquí en el blog, como en el facebook. La tarta ha recibido tantos y tantos comentarios preciosos por parte de todos, que no daba crédito a ese derrame de palabras tan amables, escritas con tanto cariño.
Y es que con sus particularidades, claro, pues aquí me encuentro como en casa. Me siento con total libertad para contaros trocitos de mi vida y enseñaros mis excentricidades reposteras. El blog es como tener esa amiga íntima a la que le comentas las vicisitudes de tu existencia, sin que te juzgue, sin que pienses que estás loca, tan sólo escuchando y dando consuelo y consejo.
Con una diferencia, ahí, detrás de cada pantalla no hay una, sino ya cientos de personas. Algunas esperáis cada nueva entrada, otras simplemente os encontráis las novedades por el facebook y os acercáis a ver qué tal me ha quedado, hay quien se encuentra la nueva receta en los links de otros blogs,..., da igual cómo lleguéis hasta aquí, el caso es que llegáis.
Y es muy agradable haber creado este punto de encuentro, percibir ese calor a través de algo que puede parecer tan frío como una pantalla de ordenador. La ciencia crea maravillas, pero somos nosotros los que aportamos nuestros sentimientos, y eso lo hace aún más prodigioso.
Hay gente a mí alrededor a la que quizás le cueste entender mi empeño por tener el blog actualizado, por intentar ofreceros lo mejor. Hay quien lo entiende sin problemas. Y hay a quien le gustaría ser ella quien tuviera algo que ofrecer. Pero a estas alturas eso es lo de menos, yo sigo en mis trece porque me hace sentirme bien y, todo sea dicho, me da rienda para meterme en la cocina de nuevo.
Es posible que dedicar tantas horas a ésto a alguien le pueda parecer una pérdida de tiempo. Pero si el tiempo no se emplea en las tareas que más te gustan, de qué sirve. Recuerdo expresiones de este tipo un día en la puerta del cole mientras esperaba a mis peques, y todo venía por la eterna pregunta de si participar o no en el concurso de postres que os mencioné que organiza el colegio.
"Total", decían, "si se puede comprar de todo, no merece la pena. Se ve que algunas madres tienen muy poco qué hacer y mucho tiempo". Claro que este grupito no me conocía, porque tenemos tendencia a decir todo lo contrario cuando tenemos a la persona en cuestión delante de nuestras narices. Aunque tengo claro que estas palabras iban por mí, también tengo muy claro que precisamente el tiempo no me sobra, más bien me faltarían horas del día para poder llevar a cabo todo aquello que me encanta.
Y la verdad es que aunque no me gusta escuchar este tipo de cosas, cada vez me afectan menos. Cada cual hace de su capa un sayo, y todos tenemos derecho a expresar nuestras opiniones, aunque a veces las maneras no sean las más correctas, y nos dejemos llevar por motivos no precisamente nobles.
Bueno chicas, éstas son las magdalenas de esta semana pasada, quedan ricas ricas. A la hora de decorarlas me incliné por repetir el motivo de las cápsulas, así que a la nata vegetal montada le puse un spray colorante negro (aunque no se aprecie demasiado bien), después le coloqué estos non parelis azules a modo de topitos, y ya para rematar le puse estas flores de icing que también son azul clarito (aunque en la foto parezcan blancas).
Ingredientes:
* 280 grs. de harina blanca.
* Una cucharada de levadura en polvo.
* 115 grs. de azúcar moreno claro de caña.
* 250 grs. de manzanas de mesa.
* 2 huevos medianos.
* 250 cc. de suero de mantequilla.
* 6 cucharadas de aceite de girasol u 85 gr. de mantequilla.
* Una cucharaddita de extracto de vainilla.
* 150 gr. de moras congeladas.
* 40 gr. de azúcar demerara.
Preparación:
- Precalentamos el horno a 200ºC, y prepramos nuestras cápsulas en los moldes.
- En un bol tamizamos la harina, la levadura en polvo y la sal. A continuación incorporamos el azúcar moreno.
- Pelamos las manzanas, quitándoles el corazón y cortándolas en trocitos. Las añadimos al bol de la harina y lo mezclamos todo.
- Batimos ligeramente los huevos en un bol, y luego incorporamos el suero de mantequilla, el aceite o mantequilla y el extracto de vainilla.
- Hacemos un hueco en el centro de los ingredientes secos, vertemos los líquidos batidos y, después, añadimos las moras.
- Mezclamos un poco para que queden ligados, pero sin trabajarlos demasiado.
- Repartimos la mezcla en los moldes. Espolvoreamos las magdalenas con azúcar demerara.
- Horneamos las magdalenas durante unos 20 minutos o hasta que la masa suba y esté firme y dorada.
- Las dejamos en el molde durante 5 minutos y, o las servimos calientes o las colocamos en una rejilla y dejamos enfriar.
Como no tenía moras, me quedé con una mezcla de bayas que tenía congeladas y el resultado ha sido fantástico.
Algunas me habéis preguntado por cómo hice las rosas para la tarta, son de fondant, hubieran quedado mejor con pasta de flores que otorga un mejor acabado, pero me conformé con lo que había. Hay muchos tutoriales por la red, pero si os interesa, no dudéis en pedirme el tutorial y en cuanto pueda os preparo uno con mucho gusto en cuanto tenga un hueco. Besotes para todos.
Y es que con sus particularidades, claro, pues aquí me encuentro como en casa. Me siento con total libertad para contaros trocitos de mi vida y enseñaros mis excentricidades reposteras. El blog es como tener esa amiga íntima a la que le comentas las vicisitudes de tu existencia, sin que te juzgue, sin que pienses que estás loca, tan sólo escuchando y dando consuelo y consejo.
Con una diferencia, ahí, detrás de cada pantalla no hay una, sino ya cientos de personas. Algunas esperáis cada nueva entrada, otras simplemente os encontráis las novedades por el facebook y os acercáis a ver qué tal me ha quedado, hay quien se encuentra la nueva receta en los links de otros blogs,..., da igual cómo lleguéis hasta aquí, el caso es que llegáis.
Y es muy agradable haber creado este punto de encuentro, percibir ese calor a través de algo que puede parecer tan frío como una pantalla de ordenador. La ciencia crea maravillas, pero somos nosotros los que aportamos nuestros sentimientos, y eso lo hace aún más prodigioso.
Hay gente a mí alrededor a la que quizás le cueste entender mi empeño por tener el blog actualizado, por intentar ofreceros lo mejor. Hay quien lo entiende sin problemas. Y hay a quien le gustaría ser ella quien tuviera algo que ofrecer. Pero a estas alturas eso es lo de menos, yo sigo en mis trece porque me hace sentirme bien y, todo sea dicho, me da rienda para meterme en la cocina de nuevo.
Es posible que dedicar tantas horas a ésto a alguien le pueda parecer una pérdida de tiempo. Pero si el tiempo no se emplea en las tareas que más te gustan, de qué sirve. Recuerdo expresiones de este tipo un día en la puerta del cole mientras esperaba a mis peques, y todo venía por la eterna pregunta de si participar o no en el concurso de postres que os mencioné que organiza el colegio.
"Total", decían, "si se puede comprar de todo, no merece la pena. Se ve que algunas madres tienen muy poco qué hacer y mucho tiempo". Claro que este grupito no me conocía, porque tenemos tendencia a decir todo lo contrario cuando tenemos a la persona en cuestión delante de nuestras narices. Aunque tengo claro que estas palabras iban por mí, también tengo muy claro que precisamente el tiempo no me sobra, más bien me faltarían horas del día para poder llevar a cabo todo aquello que me encanta.
Y la verdad es que aunque no me gusta escuchar este tipo de cosas, cada vez me afectan menos. Cada cual hace de su capa un sayo, y todos tenemos derecho a expresar nuestras opiniones, aunque a veces las maneras no sean las más correctas, y nos dejemos llevar por motivos no precisamente nobles.
Bueno chicas, éstas son las magdalenas de esta semana pasada, quedan ricas ricas. A la hora de decorarlas me incliné por repetir el motivo de las cápsulas, así que a la nata vegetal montada le puse un spray colorante negro (aunque no se aprecie demasiado bien), después le coloqué estos non parelis azules a modo de topitos, y ya para rematar le puse estas flores de icing que también son azul clarito (aunque en la foto parezcan blancas).
Ingredientes:
* 280 grs. de harina blanca.
* Una cucharada de levadura en polvo.
* 115 grs. de azúcar moreno claro de caña.
* 250 grs. de manzanas de mesa.
* 2 huevos medianos.
* 250 cc. de suero de mantequilla.
* 6 cucharadas de aceite de girasol u 85 gr. de mantequilla.
* Una cucharaddita de extracto de vainilla.
* 150 gr. de moras congeladas.
* 40 gr. de azúcar demerara.
Preparación:
- Precalentamos el horno a 200ºC, y prepramos nuestras cápsulas en los moldes.
- En un bol tamizamos la harina, la levadura en polvo y la sal. A continuación incorporamos el azúcar moreno.
- Pelamos las manzanas, quitándoles el corazón y cortándolas en trocitos. Las añadimos al bol de la harina y lo mezclamos todo.
- Batimos ligeramente los huevos en un bol, y luego incorporamos el suero de mantequilla, el aceite o mantequilla y el extracto de vainilla.
- Hacemos un hueco en el centro de los ingredientes secos, vertemos los líquidos batidos y, después, añadimos las moras.
- Mezclamos un poco para que queden ligados, pero sin trabajarlos demasiado.
- Repartimos la mezcla en los moldes. Espolvoreamos las magdalenas con azúcar demerara.
- Horneamos las magdalenas durante unos 20 minutos o hasta que la masa suba y esté firme y dorada.
- Las dejamos en el molde durante 5 minutos y, o las servimos calientes o las colocamos en una rejilla y dejamos enfriar.
Como no tenía moras, me quedé con una mezcla de bayas que tenía congeladas y el resultado ha sido fantástico.
Etiquetas:
Cupcakes,
Magdalenas,
Recetas
Ubicación:
Málaga, España
domingo, 18 de marzo de 2012
Rose Velvet Cake
Quería hacer algo muy muy especial, ¿por qué?, pues porque tal día como hoy, hace ya doce años, Paco y yo decidimos unir nuestras vidas para siempre, entonces nos dijimos el uno al otro: "sí quiero", y nos hemos querido siempre, nos seguimos queriendo y espero que sea así durante el resto de nuestras vidas.
Como ocurre con cualquier pareja, no siempre ha sido fácil. Nos ayudamos a superar nuestros baches, nuestros malos momentos, nuestras enfermedades y nuestras decepciones, por suerte esas decepciones han sido con otros, no entre nosotros.
Somos el pilar en el que se apoya el otro cuando las fuerzas flaquean, el paraguas que protege al otro de las tormentas, la alfombra que evita que cualquiera de los dos dé un resbalón, el puente que hace que podamos pasar por encima de cualquier río, lago u océano, la cuerda que evita que caigamos al vacío, la medicina que cura la enfermedad del otro,...
Hemos llenado nuestras vidas con el amor que recibíamos el uno del otro, y no sólo eso, hemos logrado, entre los dos, que estén ahí esas dos personitas que ahora ocupan nuestros corazones, pero en esos corazones siempre está también el huequecito que le toca al otro, que nos enseña a ocupar nuestro puesto de padres en la vida, anteponiendo sus necesidades a las nuestras y sacrificando lo que sea preciso sin reprocharnos nada.
Nuestras miradas se cruzan y nos entendemos, no hace falta mediar palabras. A veces también necesitamos un tirón de orejas del otro, eso nos pasa a todos, verdad??? Pero hemos aprendido a crear nuestro mundo pequeñito, ese en el que no hace falta nadie más, a qué entendéis a qué me refiero???
Y por todo eso y por más, pues quería tener este detallito con él, también porque mañana es el día de los padres, y tendrá muchos defectos, casi tantos como yo, pero padrazo, el que más. Está entregado cada día a esa tarea tan complicada de ser papá, con sus palabras, con su ejemplo, con sus esfuerzos, y también, por qué no, con sus equivocaciones.
Y por ser cada día mejor padre y mejor marido, tenía que hacer estas ciento y pico rosas (que ya perdí la cuenta), y entregárselas para recordarle que lo quiero, aunque haya días en los que ande con tantas prisas y cosas que hacer que se me olvide decírselo.
En esta ocasión, la receta del velvet viene del libro "All Cakes Considered", a diferencia del resto, ésta no usa buttermilk, sino sour cream. Para que se distinguieran los colores sustituí el cacao normal, por un chocolate blanco en polvo que tenía por ahí, y sólo puedo deciros que ha resultado un pastel alucinante junto a esa cheesecream que la envuelve y la rellena.
Ingredientes:
Para el bizcocho:
* Una taza de mantequilla sin sal, a Tª ambiente.
* 1 1/4 tazas de azúcar.
* 1 1/4 tazas de azúcar moreno claro.
* 6 huevos grandes.
* 2 cucharaditas de extracto de vainilla.
* 3 tazas de harina para todo uso.
* 1/4 cucharadita de bicarbonato sódico.
* 1/4 taza de cacao en polvo (lo que os he dicho, lo he cambiado por chocolate blanco en polvo).
* 1/2 cucharadita de polvo de hornear.
* Una taza de nata agria.
* Colorante.
Para el frosting:
* 1/2 taza de mantequilla sin sal,a Tª ambiente.
* 240 gr. de queso crema.
* 3 1/4 tazas de azúcar glas tamizada.
* Una cucharadita de extracto de vainilla.
Preparación:
Del bizcocho:
- Precalentamos el horno a 175ºC y engrasamos nuestros moldes.
- En el vaso de la batidora cremamos la mantequilla a velocidad media, agregando poco a poco ambos azúcares.
- Añadimos los huevos, uno a uno, como siempre, batiendo bien después de cada adición.
- Ahora echamos el extracto de vainilla y volvemos a batir para que quede bien integrado.
- En un bol a parte, tamizamos juntos los ingredientes secos: la harina, el bicarbonato sódico, el cacao y el polvo de hornear.
- Agregaremos una taza de la mezcla de ingredientes secos a la de mantequilla, y alternaremos con 1/3 taza de nata agria, batiendo bien tras cada adición para que los ingredientes queden bien ligados.
- Repetimos la operación hasta que tanto la mezcla de secos con la ata agria hayan sido añadidas a la mezcla de mantequilla por completo.
- En este momento incorporamos el colorante y batimos bien (yo lo hice en varias tomas, comenzando con un rosa pálido para terminar con un rojo fuerte).
- Ya sólo nos queda verter la mezcla en los moldes y hornear alrededor de unos 45 minutos, o hastq que comprobemos que está bien hecho por dentro.
- dejaremos enfriar los bizcochos en los moldes, una vez sacados del horno, unos diez minutos antes de desmoldar.
Del frosting:
- Cremamos la mantequilla y el queso juntos en el vaso de la batidora a velocidad media.
- Gradualmente iremos adicionando el azúcar glas tamizada, sin dejar de batir, hasta conseguir que quede brillante y esponjoso.
- Mezclamos con el extracto de vainilla.
Ya sólo nos queda ensamblar las piezas, ya sabéis, bizcoho, frosting, bizcocho, frosting,...,recubrimos con frosting y ya está lista.
Me costó bastante hacer un corte a esta tarta con las rosas que la rodean, pero creo que se aprecia la gama de rosas hasta el rojo chillón. Sólo deciros que a los míos les ha encantado esta tarta. Como salía tanta cantidad de masa, en realidad hice dos, pero la otra sin tanta rosa, y no os puedo mostrar foto porque ha ido a para a la casa de mi madre este mediodía, que mañana es su santo y tenía antojo por invitarnos a comer, así que como nunca quiere que le regale nada, le lleve una tartita, que al dulce nunca dice que no...jejeje
Espero que mañana todos los papis podáis disfrutar de una gran día en compañía de vuestros peques, Felicidades Papás!!!!
Como ocurre con cualquier pareja, no siempre ha sido fácil. Nos ayudamos a superar nuestros baches, nuestros malos momentos, nuestras enfermedades y nuestras decepciones, por suerte esas decepciones han sido con otros, no entre nosotros.
Somos el pilar en el que se apoya el otro cuando las fuerzas flaquean, el paraguas que protege al otro de las tormentas, la alfombra que evita que cualquiera de los dos dé un resbalón, el puente que hace que podamos pasar por encima de cualquier río, lago u océano, la cuerda que evita que caigamos al vacío, la medicina que cura la enfermedad del otro,...
Hemos llenado nuestras vidas con el amor que recibíamos el uno del otro, y no sólo eso, hemos logrado, entre los dos, que estén ahí esas dos personitas que ahora ocupan nuestros corazones, pero en esos corazones siempre está también el huequecito que le toca al otro, que nos enseña a ocupar nuestro puesto de padres en la vida, anteponiendo sus necesidades a las nuestras y sacrificando lo que sea preciso sin reprocharnos nada.
Nuestras miradas se cruzan y nos entendemos, no hace falta mediar palabras. A veces también necesitamos un tirón de orejas del otro, eso nos pasa a todos, verdad??? Pero hemos aprendido a crear nuestro mundo pequeñito, ese en el que no hace falta nadie más, a qué entendéis a qué me refiero???
Y por todo eso y por más, pues quería tener este detallito con él, también porque mañana es el día de los padres, y tendrá muchos defectos, casi tantos como yo, pero padrazo, el que más. Está entregado cada día a esa tarea tan complicada de ser papá, con sus palabras, con su ejemplo, con sus esfuerzos, y también, por qué no, con sus equivocaciones.
Y por ser cada día mejor padre y mejor marido, tenía que hacer estas ciento y pico rosas (que ya perdí la cuenta), y entregárselas para recordarle que lo quiero, aunque haya días en los que ande con tantas prisas y cosas que hacer que se me olvide decírselo.
Ingredientes:
Para el bizcocho:
* Una taza de mantequilla sin sal, a Tª ambiente.
* 1 1/4 tazas de azúcar.
* 1 1/4 tazas de azúcar moreno claro.
* 6 huevos grandes.
* 2 cucharaditas de extracto de vainilla.
* 3 tazas de harina para todo uso.
* 1/4 cucharadita de bicarbonato sódico.
* 1/4 taza de cacao en polvo (lo que os he dicho, lo he cambiado por chocolate blanco en polvo).
* 1/2 cucharadita de polvo de hornear.
* Una taza de nata agria.
* Colorante.
Para el frosting:
* 1/2 taza de mantequilla sin sal,a Tª ambiente.
* 240 gr. de queso crema.
* 3 1/4 tazas de azúcar glas tamizada.
* Una cucharadita de extracto de vainilla.
Preparación:
Del bizcocho:
- Precalentamos el horno a 175ºC y engrasamos nuestros moldes.
- En el vaso de la batidora cremamos la mantequilla a velocidad media, agregando poco a poco ambos azúcares.
- Añadimos los huevos, uno a uno, como siempre, batiendo bien después de cada adición.
- Ahora echamos el extracto de vainilla y volvemos a batir para que quede bien integrado.
- En un bol a parte, tamizamos juntos los ingredientes secos: la harina, el bicarbonato sódico, el cacao y el polvo de hornear.
- Agregaremos una taza de la mezcla de ingredientes secos a la de mantequilla, y alternaremos con 1/3 taza de nata agria, batiendo bien tras cada adición para que los ingredientes queden bien ligados.
- Repetimos la operación hasta que tanto la mezcla de secos con la ata agria hayan sido añadidas a la mezcla de mantequilla por completo.
- En este momento incorporamos el colorante y batimos bien (yo lo hice en varias tomas, comenzando con un rosa pálido para terminar con un rojo fuerte).
- Ya sólo nos queda verter la mezcla en los moldes y hornear alrededor de unos 45 minutos, o hastq que comprobemos que está bien hecho por dentro.
- dejaremos enfriar los bizcochos en los moldes, una vez sacados del horno, unos diez minutos antes de desmoldar.
Del frosting:
- Cremamos la mantequilla y el queso juntos en el vaso de la batidora a velocidad media.
- Gradualmente iremos adicionando el azúcar glas tamizada, sin dejar de batir, hasta conseguir que quede brillante y esponjoso.
- Mezclamos con el extracto de vainilla.
Ya sólo nos queda ensamblar las piezas, ya sabéis, bizcoho, frosting, bizcocho, frosting,...,recubrimos con frosting y ya está lista.
Me costó bastante hacer un corte a esta tarta con las rosas que la rodean, pero creo que se aprecia la gama de rosas hasta el rojo chillón. Sólo deciros que a los míos les ha encantado esta tarta. Como salía tanta cantidad de masa, en realidad hice dos, pero la otra sin tanta rosa, y no os puedo mostrar foto porque ha ido a para a la casa de mi madre este mediodía, que mañana es su santo y tenía antojo por invitarnos a comer, así que como nunca quiere que le regale nada, le lleve una tartita, que al dulce nunca dice que no...jejeje
Espero que mañana todos los papis podáis disfrutar de una gran día en compañía de vuestros peques, Felicidades Papás!!!!
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