Pastel de queso japonés.

 Hace unos días en el trabajo una compañera comentó que su marido y ella iban a un sitio donde comían un pastel de queso diferente a todos los que posteriormente había probado, por desgracia ese lugar lo cerraron y ella sigue buscando desde entonces la receta mágica que coincida con aquella. En cuanto contó todo aquello se me vino a la cabeza esta receta que tenía en el apartado de pendientes, y me recordé a mí misma que tenía que hacerla ya.

  Ayer por la mañana tenía de todo lo necesario en casa y  determiné, que a pesar de que los peques están en casa esta semana y eso supone más trabajillo,  tenía que ponerme con este dulce.
  Es curioso como con los mismos ingredientes, las diferentes formas de elaboración pueden proporcionar sabores y texturas desiguales, en este caso viendo los elementos que lo integran, podríamos decir que se parece bastante al bizcocho con manzanas que os mostré hace poco, pues resulta que no. No quiero decir que sea ni mejor ni peor, sólo que no son lo mismo.

  Así que mientras hacía unos espaguetis para el almuerzo ahí estaba en el horno haciéndose poquito a poquito, me mataba la curiosidad por saber que tenía de especial este pastel que no tuvieran otros, había leído tantas buenas opiniones sobre él que cuando por fin lo saqué del horno y esperaba que se enfriara para desmoldar, quería que pasaran los minutos para poder ver su aspecto, o al menos cómo me había salido a mí, porque fotos sí que he visto en muchos blogs y todos contienen la misma receta, es curioso, en este caso no hay variaciones, misma cantidad de ingredientes e igual preparación. No sé si os pasa, pero yo busco muchas veces una receta y me aparecen mil versiones de la misma, y es que hay tantos piratas de recetas...

  Pues bien, sí que está delicioso, el sabor es parecido a otros, pero la textura ummmm..., los gana a todos, se deshace en la boca, es  ligero, delicado, sedoso,..., no sé si os lo estoy explicando bien, es exquisito.

  Otra razón para hacerlo era que por la noche trabajaba con esta compañera y aunque le había dado la "fórmula", pensé que estaría bien que lo probara antes de prepararlo, por si no era lo que estaba buscando, y parece que acertamos, así que su marido se pondrá muy contento cuando lo vea como sorpresa algún día en su mesa. La verdad es que le gustó a todo el mundo, tanto que no quedó ni el trocillo de la vergüenza.

  Venga vamos a prepararlo, ¿qué vamos a necesitar? :

* Una tarrina de queso mascarpone ( 250 grs. ).

* Una tarrina de queso crema tipo Philadelphia ( 200 grs.).

* 100 cc. de leche.

* 55 grs. de mantequilla.

* 6 huevos ( yemas y claras por separado).

* 150 grs. de azúcar.

* 60 grs. de harina.

* 20 grs. de maicena.

* 1/2 cucharadita de cremor tártaro.

* Una cucharadita de zumo de limón.

  Y se prepara de la siguiente manera:

- Yo esta parte la he hecho en la Thm., me resultaba más cómodo, pero se puede hacer igualmente en un cazo a fuego lento. Mezclamos los dos quesos, la leche y la mantequilla, a 50ªC, velocidad 1-2 unos 3-4 minutos, que quede todo bien mezcladito.

- Mientras funcionaba la Thm. puse mis claras a montar con su cremor tártaro.

- Ahora se le añaden a la mezcla de quesos, los dos tipos de harina tamizados, las yemas y el zumo de limón y volvemos a batirlo todo, unos 3-4 minutos, velocidad 2, sin temperatura.

- Ahora vamos añadiendo el azúcar a las claras ya montadas sin dejar de batir, hasta que consigamos un merengue.

- Ya sólo nos queda añadir ese merengue a la mezcla de quesos y harinas con nuestra lengua pastelera, con movimientos envolventes.

- La mezcla final la vertemos en el molde previamente engrasado y lo metemos en el horno a 150ºC, al Baño María, una hora y cuarto, cuando el tiempo haya pasado, con el horno ya apagado lo dejamos otros 50 minutos.

  Yo repartí la mezcla para hacer dos, uno para casa para la familia, que además me da la oportunidad de mostraros el corte y otro para llevárselo a mis compañeras, me gusta más llevarlo de una pieza, queda más bonito ¿verdad?. Y deciros que tenía un trocito en un plato para la foto, pero desapareció???... en el estómago de mi hijo...jajaja, así que os lo muestro en el de servir que os vale igual para verlo por dentro no?, al menos os da una idea de lo que le debió gustar.

  Al de casa le puse cobertura de chocolate y unos sprinkles, más que nada por los peques, que se sienten muy atraídos por estas cosas, y al del trabajo su azúcar glas tamizada, más sencillo, pero igualmente delicioso. Además así os puedo enseñar cómo a un mismo pastel se le pueden dar matices con diferentes decoraciones, no sé tanto como Anita de decoración, pero lo de presentar la comida es cosa mía ¿verdad Anita?, ¿os imagináis una de esas cocinas tan maravillosas que nos enseña con un pastel a juego?, sería ya la repanocha, Ana tenemos que conseguir hacer algo así, ya lo hablaremos. Creo que será mejor dejar de divagar, que se nota mucho que no he dormido, jejeje