Galletas para un cumple.

  Resulta que esta semana era el cumple de mi hijo pequeño y aunque otros años ha llevado chuches, este año deseaba que fuera diferente, ya que algo he aprendido sobre el arte de hacer galletas (muy poquito y la glasa se me resiste aún), quería aprovechar y prepararle una cosita especial que le hiciera mucha mucha ilusión. Así que aquí me tenéis pasando estos últimos días de la Semana Santa haciendo galletas de uno de sus personajes favoritos, ojeando por la red con él vimos las galletas de Bob Esponja de sugarmur y le encantaron, pues no había más que decir, aunque yo las he hecho un poco a mi manera, las de Cris son mucho más bonitas, pero éstas son las de mi niño...jejeje

  No creáis que en el cole les dan mucha cancha, sólo dejan llevar una chuche por niño para los cumpleaños, parece ser que la cosa se estaba desmadrando, ya no eran los conos típicos, sino que ya se pasaba a los vasos, a las tazas, etc..., esa absurda manía de querer aparentar más que los demás, si tú llevas una yo llevo dos, y el siguiente tres.

  Es curioso, la gente está dispuesta a pagar 2 ó 3 euros por uno de esos paquetes y en cambio le parece caro pagar lo mismo por una de estas galletas, y digo yo ¿ no queda mucho más bonito, personalizado y sano ?. Todo el mundo no piensa igual claro, y yo tampoco me dedico a hacer encargos, a no ser que se trate de alguien más conocido que me lo pida como algo especial, pero cuando leo a verdaderas diseñadoras de tartas y demás, contando sus venturas y desventuras y cómo en alguna ocasión hasta le han dejado la tarta plantada me da mucha rabia.

  Depende de para qué cosas la gente no valora el esfuerzo, el trabajo y el tiempo que necesitan estas cosas. Siempre hay alguien que te diga: "si eso lo harás tú en un ratillo", como si se hicieran solas o algo como : "tú tendrás en casa quien te ayude porque yo no tengo tiempo", pues ni se hacen en un ratillo de nada ni tengo a nadie que me ayude en casa.

  Debo confesar que ese tipo de comentarios me irritan un poco, porque siempre la que me dice eso después lo ha visto todo en la tele y está al tanto de todos los cotilleos, que a mí me parece perfecto, pero ese tiempo pues yo lo empleo es estos menesteres, que en mi opinión se les saca más provecho y más sonrisas.

  El caso es que el miércoles mi peque fue mucho más contento e ilusionado, cada vez que pasaba por el lado de las cajas donde estaban guardadas echaba un vistacito como quien no quiere la cosa, y a mí me salía sin querer una sonrisa al verlo.

  La receta es también de sugarmur, sus galletas sin huevo, la podéis encontrar en su blog o en este mismo en otras entrada de galletas. Estoy pensando que voy a poner unas cuantas etiquetas más para que os sea más fácil enontrar las entradas si las necesitáis, o simplemente queréis echarle un vistazo, en cuanto pueda lo hago.

  Lo que sí os voy a explicar es cómo las he decorado, sólo os he puesto una pequeña muestra porque son tres docenas de galletas, así que os pongo unas poquitas para que podáis ver el resultado. Sólo quería que resultaran coloridas y divertidas, como podréis observar en las fotos la glasa se me resiste un poco, aunque todo se andará, que yo soy muy muy cabezona y seguiré en ello, Doña Erre que Erre.

  Teníais que ver la carita de mi peque cuando por fin las vio todas terminaditas, espero que a sus compis del cole hayan flipado tanto como a él, eso lo suelen decir mucho...jejeje, estos críos.

 Y empezamos con las explicaciones. Lo pirmero como siempre, tras tener las galletas listas, pues extender nuestro fondant extendido y planito.

  Con nuestro cortador del Ikea recortamos la pasta de azúcar tal y como lo hemos hecho antes con las galletas.

  Ponemos nuestro pegamento comestible sobre la galleta y le colocamos el fondant encima.

  Con un pincelito limpiamos los restos de azúcar glas que puedan quedar por ahí, pero en este caso no tiene mayor importancia, porque mirad lo que vamos a hacer con esos polvitos de brillantina que os enseñé con las magdalenas de Pascua. En esta ocasión los diluímos con agua.

  Ahora sólo nos queda pincelar nuestras galletas con esta mezcla.

  Y podéis ver el efecto, chulas verdad? Este truquito se lo tengo que agradecer a Mariló ( de La Casita Dulce de las Flores ), es que esta niña sabe hacer una cantidad de cosas..., y a cúal más bonita.

  Como está mojadito el fondant, aprovechamos y pegamos nuestras obleitas de Bob Esponja, ¿ dónde conseguirlas ? Ésta es muy fácil, en el Carrefour.

  Ya nos queda aplicar la glasa, esta vez yo opté por una preparada de Dr. Oetker, para mi esta parte es la más complicada, aún no le he terminado de coger el tranquillo, pero bueno, ahí están.

  Por cierto no hay que esperar a que seque la capita de  brillo que le hemos puesto, porque ahora nos viene genial que esté húmeda para el siguiente y último paso, decorarlas con sprinkles. Lo que se os ocurra y tengáis por casa, cualquier color o colores y forma, a que le dan a las galletas un  aspecto simpático ?

  Y es que os tengo que enseñar a mi hijo mayor haciendo filigranas en la cocina, que está hecho un artista mi niño, y no es porque lo diga yo que soy su madre, mirad mirad.

  Buenoooo, pues hecho ya todo lo que os he contado tocaba dejarlas secar , yo las dejé durante 24 horas.

 

  Las envolví con mucho cariño con su papel celofan y su cinta de rafia, y estas etiquetitas tan monas que me encontré navegando por la red, un tuneillo con el Picture It y quedaron propias.