Pues llevo unos días regulares con mi lumbalgia, también he sabido que tengo un pinzamiento en las vértebras que hace que sienta como dormidos los dedos de los pies, pero que de momento no es operable. Tampoco ando muy bien del estómago, pero creo que eso es fruto del estrés, os cuento.
No he dado muchas explicaciones hasta ahora, pero mi estado de ánimo viene siendo bastante malo debido a varias circunstancias. Por un lado tengo un inquilino moroso al que la justicia beneficia una y otra vez y ya ha habido dos aplazamiento de desahucio con fecha y sentencia en firme, esto parece que no va a acabar nunca. Y por otro un problema familiar con una herencia en el que la otra parte se ha estado quedando con un dinero que no es solo suyo.
Ya sé que no se acaba el mundo por estas cosas, y que antes o después se terminará resolviendo, pero todo esto sumado a la etapa que hemos estado en confinamiento hace que todo se complique y que no encuentre un fondo a este pozo que cada vez se hace más profundo.
Así que entre tanto todo se va arreglando yo me voy refugiando además de en mi familia y en mi trabajo, en mis pasteles y en mis camisetas, aunque a veces no tengo ganas de nada, ni siquiera de hablar. Pero mira tú por donde hoy me apetecía contaros qué es lo que me pasa.
Ingredientes:
Para el bizcocho:
* 125 gr. de praliné (Nestlé ha sacado una edición limitada de praliné cuyo formato es el mismo de una tableta de chocolate y es espectacular, no dejéis pasar la ocasión).
* 125 gr. de crema irlandesa.
* 200 gr. de azúcar.
* 250 gr. de mantequilla, a Tª ambiente.
* 6 huevos, a Tª ambiente.
* 1 cucharadita de pasta de vainilla.
* 125 ml. de buttermilk, a Tª ambiente.
* 350 gr. de harina para todo uso.
* 1 cucharadita de bicarbonato sódico.
Para el glaseado:
* 1 taza de azúcar glas tamizado.
* 15 gr. de praliné.
* 2 cucharadas de crema irlandesa.
Preparación:
- Precalentamos el horno a 180ºC y engrasamos el molde.
- En un bol tamizamos la harina con bicarbonato. Reservamos.
- En un cazo calentamos la crema irlandesa, el praliné y la buttermilk.
- En el vaso de la batidora mezclamos la mantequilla y el azúcar a velocidad media- alta, hasta que nos quede una mezcla suave y pálida.
- Vamos agregando los huevos uno a uno, batiendo bien entre ellos, para que vayan quedando bien integrados.
- Añadimos la vainilla y volvemos a batir.
- Vamos incorporando la mezcla de harina en 3 veces alternando con la mezcla de praliné, empezando y terminando con la de harina.
- Vertemos la mezcla en el molde y horneamos durante unos 70 minutos, o hasta que al insertar un palillo, este salga limpio.
- Dejamos reposar en el molde durante unos 10 minutos para después desmoldar y dejar que termine de enfriar sobre una rejilla.
- Para el glaseado ponemos todos los ingredientes en el vaso de la batidora y batimos a velocidad media-alta, hasta que todos los ingredientes queden bien integrados.
- Rociar sobre el bizcocho una vez frío.
Ya os he contado un poquito, porque si lo contara bien tendría para escribir varios tomos y ahora me voy a poner a hacer otro bizcocho para esta noche, a preparar el almuerzo y si me da tiempo a decorarle a mi niño una camiseta. El caso es tener la cabeza ocupada. Pensaba hacer una entrada más alegre estrenando este molde precioso de Nordic Ware, pero ya sabéis que me dejo llevar y esto es lo que toca hoy. Muchos besotes y hasta la próxima entrada.
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