sábado, 3 de agosto de 2013

Nuestro viaje a Nueva York (3ª parte)

  Y continuamos en Nueva York. ¿Sabéis algo que me ha sorprendido de esta gran ciudad? Pues la amabilidad de su gente, siempre tuve la sensación de que aquí cada cual iría a su bola con sus cafés en la mano mientras caminaban y hablaban por sus Iphones, y bueno, sí que es así, perooo..., pero se te atiende con cordialidad si vas a un establecimiento con su: "Que tenga un buen día", que debe estar entre las frases que deben decir que sí, pero lo dicen de buena gana. Cuando andas buscando algún lugar en el mapa en alguna esquina siempre hay quien te toca el hombro y te pregunta en qué puede ayudarte. Si no conseguís entenderos con alguien me he encontrado con  muchos que chapurrean sus cuatro palabras en español.


  Que en esta enorme urbe te topes con tanta cortesía debo deciros que a mí me ha dejado impactada, para bien, claro. Lo cierto es que en nuestros viajes, que no es que sean muchos, pero ya son unos cuantos, siempre nos hemos venido con una buena impresión en este sentido, aunque yo también soy de las que piensan que si tú eres el primero que haces un esfuerzo siempre hay quien te responde bien, aún recuerdo el día que sentados en una terraza de Praga intentamos decir gracias en checo a la camarera que nos atendía y no sólo le cambió la cara tendiéndonos una sonrisa, sino que intentó enseñarnos cómo decirlo correctamente.


  Hoy seguimos con el Lower  Manhanttan, comenzamos visitando el World Trade Center Memorial, así que nos plantamos allí a primera hora con nuestra cita reservada desde aquí. Cuando pasas todos los controles de seguridad y te encuentras con esas enormes piscinas donde se erigían los famosos rascacielos rodeadas por los nombres de los fallecidos se te encoge el alma, y piensas en el miedo que debieron pasar todas esas personas.


  Ya están terminando de construir el edificio más alto de los tres que servirán de homenaje y el museo también anda muy avanzado. También nos encontramos con el arbolito que sobrevivió a todo aquello, curioso que pudiera subsistir a toda esta tragedia.


  Ahora tocaba darse un paseo para ver la famosa Wall Street, dimos una vuelta para darnos cuenta de que la calle donde se encuentra la bolsa era mucho más pequeña de lo esperado. Y claro, también pudimos ver Trinity Church, que es bonita, pero lo que llama verdaderamente la atención es verla ahí entre todos esos rascacielos.


  Y claro, Charging Bull, esa popular escultura del toro que se ha convertido en una especie de mascota de esa zona. Teníais que ver la cola de japoneses para hacerse la foto de rigor. Así que yo me conforme con sacar unas cuantas instantáneas entre japonés y japonés.


  Hay otras dos visitas de rigor en el bajo Manhattan, una es La Estatua de la Libertad, la gran señora, así que nos montamos en el Ferry que se dirige a Staten Island para verla en todo su esplendor.


  Y la otra gran visita era por supuesto El Puente de Brookling, en principio teníamos pensado ir en metro hacia el otro lado y regresar a Manhattan paseando por el puente, pero como ese día estaban de obras en esa línea de metro al final nos decantamos por pasearlo en dirección a Brookling, y al final nos encantó hacerlo así, porque la recompensa final del skyline de la ciudad al otro lado resultó una recompensa perfecta.
 
  Y ahora damos un salto al Lower Midtown para enseñaros algunas cositas de esta zona, como la Grand Central Terminal, escenario de algunas películas muy conocidas, aunque ya no está esa gran escalinata por la que caía el carrito de bebé en la peli de kevin Costner, las han sustituido por dos escaleras dobles de mármol.


  También podemos ver de cerquita el Chrysler Building, algo más bajito que el Empire, aunque sus 77 pisos no son ninguna tontería ¿verdad?.


  Ya en el Upper Midtown fuimos a visitar St. Patrick´s Cathedral, que pudimos ver de forma parcial ya que andaba de obras y el MOMA.


   Nos es que nosotros seamos unos expertos en arte ni mucho menos, pero allí estaban Las Señoritas de Avignon, y ya que vamos haciéndole visitas a Picasso por todo el mundo, un malagueño de pro, no podíamos dejar pasar la ocasión, tampoco es que yo sea malagueña de nacimiento, pero como ya me han adoptado por aquí también me gusta sentir esa satisfacción de conocer la obra de un malagueño célebre. Había más obras de él, aunque quizás ésta sea la más conocida.


  Pues creo que hoy vamos bien servidos de visitas turísticas, así que continuaremos en otra entrega, no me he puesto límites, seguiré con este diario hasta que os haya dado una visión más o menos general del viaje que hemos hecho, y os seguiré enseñando alguna que otra tiendecilla de esas que nos gustan. Besotes,

3 comentarios:

  1. Me encantan estas entradas, estoy sentada en casa y parece que esté ahí con vosotros disfrutando del viaje!

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  2. Que maravilla, que fotos más espectaculares, ainss quien pudiera ... bueno seguiré conformándome con tus vivencias

    Besos

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