Raspberry Light Cake

  Hoy la entrada va dedicada a los Franciscos, sí, con retraso, pero lo hice ese día, os lo aseguro y es que sin decir ni "mu", se lo preparé a mi marido por su Santo, y él, pobre, sin sospechar nada, porque no se puede ser más despistado. Lástima que la sorpresa me la destripó mi familia política, porque claro, llamaron para felicitarlo y al final confesé mi "fechoría".

  No se puede ser más despistado que mi marido, bueno, está mi hijo mayor, que es un calco de su Santo padre, y claro, pues más de lo mismo. Últimamente es raro el día que no olvida algún libro en el cole, y mira que le caen sermones al pobre, pero el angelito por más que prometa y re-prometa que no le volverá a pasar, pues..., nada, que al final lo olvida.

  Si el lunes sin ir más lejos, mis hijos ya comenzaban a salir a las cinco de la tarde, con lo cual, yo recuperaba mi ritmo y horario normales, es decir salía a las tres de la tarde, pues mi marido se  pasó como una hora preocupado, pensando cuál sería la desgracia que me habría ocurrido.

  Lo que os digo, "ennortao" (palabra típica de estas tierras), ambos son olvidadizos no, lo que le sigue, y aquí me tenéis, a veces muerta de risa y otras pues con un mosqueo que pa qué, dependiendo de cuál sea el motivo como es natural.

  El caso es que como me tienen "enamoraita", pues estoy a la que cae para prepararles cositas nuevas que los vuelvan locos, y os aseguro que con esta receta también enamoraréis a los que lo prueben, porque como decían mi Anita y mi Silvi (que también lo probaron), pues ni es un bizcocho, ni un pudding, ni un flan, ni un clafoutis,.., pero está delicioso con ese contraste de sabores y esa textura especial.

  La verdad es que estoy por la labor de experimentar, aunque nadie me va a quitar el vicio de mis bundts y mis cupcakes. Pero estos días ando inquieta y con ganas de probar muchas cositas. Debe ser que ya el trabajo gordo de la web de Parapekes va saliendo, empiezo a sentirme más relajada y la creatividad se va centrando en nuevos experimentos culinarios, sin descuidar lo demás claro.

  Y mira por donde, vais a conocer ese merengue secreto con claras pasteurizadas que os comenté hace ya unos meses con mi tarta de cumpleaños, y que os debía. Así que vamos, necesitamos:

*230 grs. de claras de huevos pasteurizadas (vienen a ser 7 claras).
* Una cucharada de polvo de merengue.
* Una cucharadita de cremor tártaro.
* 200 grs. de azúcar.
* 150 grs. de harina de almendras ( que podéis obtener procesando las almendras crudas en la Thermomix).
* 100 grs. de harina de coco ( que también podéis obtener procesando el coco rallado en la Thermomix).
* 15 grs. de harina de maíz.
* 1/2 cucharadita de sal.
* 1/4 cucharadita de extracto de almendra.
* Una cucharadita de extracto de vainilla.
* Unos 150-200 grs. de frambuesas.

  Cómo lo preparamos:

- Pues comenzamos pre-calentando el horno a 180ºC. y engrasando nuestro molde como tengáis costumbre, yo como siempre con mi spray desmoldante.

- En un bol vertemos nuestras claras de huevo (frías, recién sacadas del frigo) con el polvo de merengue y lo pondremos en nuestro microondas a potencia máxima 15 segundos.

- Ahora batiremos las claras a media velocidad, hasta que queden espumosas.

- Agregamos los extractos de almendra y vainilla.

- Incorporamos el cremor tártaro sin dejar de batir y comenzamos a añadir el azúcar poco a poco , de cucharada en cucharada, ahora con velocidad media que vamos subiendo a alta, y continuamos hasta que nos quede un merengue firme y con brillo.

- Yo procesé todas las harinas juntas ( también con la sal) en la Thermomix, y después las fui vertiendo todas juntas sobre el merengue, sin dejar de batir, a velocidad baja, hasta que quedó todo bien integrado.

-  Extendemos la masa sobre el molde, y disponemos las frambuesas sobre la mezcla.

- Al horno durante 30- 35 minutos.

- Al sacar, dejamos reposar como unos 10 minutillos, desmoldamos, esperamos a que se enfríe y espolvoreamos con azúcar glas.

  ¿ Qué ? ¿ Os entra el gusanillo de probarlo ? Pues adelante, que os encantará.