No es que sea difícil, eso sí, necesitan su tiempo para ir poniendo con esmero capa tras capa. Lo mejor es que nos gustaron aún más que los que habíamos probado en la calle y salen un montón, así que merece la pena el tiempo empleado porque cunden muchísimo.
Cuando lo haces en casa pues tienes la oportunidad de poner tus frutos secos favoritos, así que yo escogí los que más nos gustan y debí estar acertada con la combinación porque en mi trabajo triunfaron de lo lindo.
Me llevé un buen tupper a las ocho de la mañana y para la hora del desayuno quedaban 2 que desaparecieron en un pis-pas.
Ingredientes:
* Pasta filo ( yo he necesitado 2 paquetes donde vienen 8-10 hojas).
* 4 tazas de frutos secos. Yo he combinado nueces, almendras, avellanas y dátiles.
* 2 cucharaditas de canela en polvo.
* 1 taza de azúcar granulada.
* 3/4 taza de agua.
* 1/2 taza de miel.
* 250 gr. de mantequilla sin sal, derretida.
Preparación:
- En un procesador de alimentos trituraremos los frutos secos junto con la canela. Reservamos.
- En un cazo combinamos el agua, el azúcar y la miel. Dejamos que hierva mientras revolvemos con frecuencia. Una vez que el azúcar se haya derretido, reducimos el fuego y cocinaremos a fuego lento durante 4 minutos. Retiramos del fuego y dejamos que enfríe por completo.
- A continuación derretiremos la mantequilla.
- Untamos una fuente o molde con mantequilla y ponemos a precalentar el horno a 170ºC.
- Humedecemos las hojas de pasta filo sobre una toalla de cocina húmeda.
- Y ya empezamos a colocar una hoja de pasta filo y la cepillamos con mantequilla, repitiendo el proceso con otras 9 hojas más de pasta filo.
- Cubrimos con 1 taza de frutos secos.
- Colocamos otra hoja de pasta filo y mantequilla y repetimos hasta que tengamos una pila de 5 capas de filo y mantequilla.
- Repetimos este paso con los frutos secos 3 veces más, es decir, tendremos 4 capas de frutos secos con sus 5 hojas de pasta filo y mantequilla encima.
- Excepto tras la última capa de frutos secos, ahí colocaremos 10 capas de filo y mantequilla.
- Cortamos el baklava con la forma deseada y horneamos durante 1 hora y 15 minutos. La superficie debe quedar dorada.
- Retiramos del horno, colocamos sobre una rejilla y rociamos con el jarabe de miel ya frío.
- Ya sólo nos queda dejar que termine de enfriarse para separar esos trocitos ya pre-cortados y disfrutar de nuestros pastelitos.
Espero haberme explicado bien con tanta capa. Ya os digo, no es difícil pero lleva su tiempo poner capita a capita, aunque el resultado es tan espectacular que merece la pena. Qué? Os animáis este finde? Yo estoy pensando en algo más sencillo porque me toca trabajar sábado y domingo, así que os veo en la próxima entrada. Muchos besotes.
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