Ya que el otro día nos quedó un poquito de horchata tras comernos los fartons, decidí que este era el mejor uso que le podía dar, este fantástico bundt cake. Es absolutamente delicioso, además de tiernísimo, tanto que se deshace en la boca mientras le das un bocado.
No es que tenga un sabor muy marcado a horchata pero sí es un sabor peculiar, diferente a un simple bizcocho de vainilla. Así que si lo preparáis nadie va a terminar de identificar el sabor, pero sí que os van a preguntar de qué es.
Yo, como casi siempre, dejé un trozo en casa y me llevé otro al trabajo, y en los dos sitios gustó mucho. No puedo remediar llevarme una buena parte al trabajo para acompañar el café, aunque ahora sea manteniendo distancias de seguridad y extremando las precauciones.
Efectivamente estamos de nuevo en una situación fea, y mi pregunta es cuál será el momento en que de nuevo nuestra planta pase a ser otra vez una planta de Covid y nos tengamos que poner esas ropas tan cómodas y agradables. Creo que a este ritmo vamos a tardar poco y si debo decir la verdad, no es que tenga miedo, no, es que no me apetece nada volver a vivir lo ya vivido.
Ingredientes:
* 300 gr. de harina para todo uso.
* 250 gr. de mantequilla.
* 250 gr. de azúcar fina para repostería.
* 200 ml. de horchata.
* 1+1/2 cucharaditas de bicarbonato sódico.
* 1 cucharadita de sal.
* 1 cucharadita de levadura.
* 2 huevos.
* 1/2 cucharadita de canela en polvo.
* 200 ml. de nata.
* 1 palo de canela.
* Un trozo de corteza de limón.
Preparación:
- Calentamos la nata en un cazo con el palo de canela y la corteza de limón. Retiramos y dejamos enfriar.
- En un bol tamizamos la harina junto con el bicarbonato, la levadura, la canela y la sal. Reservamos también.
- En el vaso de la batidora batimos la mantequilla con el azúcar hasta obtener una mezcla suave y esponjosa.
- Añadimos los huevos uno a uno, como siempre, batiendo bien entre ellos, consiguiendo así que vayan quedando bien incorporados a la masa.
- Agregamos la horchata y volvemos a batir.
- Añadimos la mitad de la mezcla de harina, batimos. A continuación la nata infusionada con canela y limón, volvemos a batir y finalmente la otra mitad de la mezcla de harina, batiendo hasta que nos quede una masa homogénea.
- Vertemos en el molde engrasado y horneamos (con el horno previamente precalentado) a 180ºC durante una hora, o hasta que al insertar un palillo, este salga limpio.
- Dejamos reposar 10 minutos en el molde tras los cuales desmoldamos y dejamos que termine de enfriar sobre una rejilla.
Bueno, pues ya está, no le puse ningún glaseado porque ese día andaba con prisas y con muchas cosas en la lista de tareas, como siempre. Pero se le podría poner un glaseado con horchata, seguro que le daría un sabor más reconocible. Yo os dejo por hoy con esta receta y me despido con muchos besotes hasta la próxima.
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