Bueno, pues con el comienzo de curso que está ahí al lado y con la vuelta al trabajo ya casi estamos inmersos en la rutina. La verdad es que me da mucha pena porque habrá quien diga que por fin se vuelve a la vida normal, pero yo soy de las que prefiere tener en casa a los chicos y disponer de mucho tiempo libre..
Supongo que si esto se alargara mucho más me terminaría cansando, pero de momento eso no ha ocurrido y afrontamos con resignación que hay que regresar. Tampoco con tristeza, porque al fin y al cabo nos podemos considerar afortunados y también hay que pensar que disponemos de mucho tiempo para hacer planes para las próximas vacaciones.
Así que en estos días antes de la vuelta a las clases ahí andamos, aprovechando también para reorganizar un poco la casa. Que si quiero colgar unos cuadros, que si hace falta un armario allí, que si colgar esta planta allá, etc,... Y para alegrar un poco esas tareas pensé en hacer un postre especial y salió lo que veis. Un poco casual, porque sólo me quedaban Oreos de mantequilla de cacahuete y creí que había Amaretto, pero como que no; así que improvisé un poco y por suerte, con muy buen resultado.
Ingredientes:
* 3 yemas de huevo.
* 60 gr. de azúcar.
* 30 ml. de agua.
* 30 ml. de leche.
* 1 cucharadita de vainilla en pasta.
* 250 gr. de queso Mascarpone, a Tª ambiente.
* 180 ml. de nata para montar.
* 300gr. de galletas Oreo (en mi caso de mantequilla de cacahuete).
* 50 ml. de café espresso, fuertecito.
* 50 ml. de Cointreau (ni que decir tiene que podéis usar Amaretto o el que os venga en gana).
* Cacao en polvo, para espolvorear.
Preparación:
- En un cazo a fuego lento y con una varilla vamos revolviendo las yemas, el azúcar, l aleche y la vainilla durante unos 10 minutos. Hasta que el azúcar se haya disuelto y la mezcla haya engrosado.
- Retiramos del fuego y continuamos batiendo hasta que haya alcanzado la Tª ambiente.
- Mezclamos con el queso Mascarpone.
- En el vaso de la batidora montamos nuestra nata para incorporarla después a mano con la mezcla de las yemas.
- Dejamos unas cuantas Oreos reservadas para decorar y el resto las aplastamos, que queden bien machacaditas.
- En nuestros vasitos colocamos una capa de galletas trituradas, las rociamos con el café mezclado con el licor.
- Cubrimos con una capa de crema de queso y repetimos la operación para finalmente rociar con cacao en polvo y decorar con una de esas galletas que habíamos reservado.
Pues ahí tenéis el postre un poco improvisado del finde pero rico rico. A veces si fuera por estas cosas no probaríamos nuevas combinaciones, así que está bien que pase de vez en cuando no? Muchos besotes y hasta la próxima receta.
que delicia de postre ¡¡¡ un besote guapísima
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