Hamburguesas con tomates secos.

  El otro día mi gente quería cenar hamburguesas, y a mí me apetecía hacerlas de otra forma diferente a la habitual, ya sabéis, por cambiar. Éste es uno de los motivos por los que me encanta la cocina, hacer platos distintos, salir de la rutina, no es fácil distanciarnos de los quehaceres diarios, de las actividades cotidianas, al fin y al cabo son cosas que hay que hacer, sí o sí.

  Por eso resulta tan agradable, después de un día agotador, echarse a la boca un trozo de comida con otro toque, con otro sabor. O un pastel que no has comido antes y que te hace experimentar, al fin y al cabo, sensaciones nuevas. A mí, meterme en la cocina me releja, pero si encima experimento ya supone un desahogo tremendo. Pongo mis cinco sentidos, incluso el sexto, en acción para conseguir que ese plato, sea dulce o salado, sea el elemento que haga que la jornada se transforme, como si se tratara de una recompensa por ese duro trabajo.

  En esos momentos, mi cocina se convierte en un pequeño laboratorio donde hago mis estudios con diferentes fórmulas e ingredientes. Quizás por eso le guste tanto a mi hijo mayor, que alguna vez que otra ha dicho que quiere ser científico de mayor. Es probable que a todas las que nos gusta tanto elaborar experimentos culinarios no seamos más que eso, científicas caseras...

  Y esta hamburguesa fue el experimento culinario que hizo que del pasado miércoles una jornada singular. No es nada complicada y os aseguro que merece la pena probarla. A los niños se las presenté en su bollito de hamburguesa, pero para Paco y para mí lo acompañé con estos rollitos de setas precocinados, sí chicas, yo también recurro a los platos preparados, y creo que no es motivo de vergüenza.

  En alguna ocasión he conocido a quien jamás compraría un plato pre-cocinado, pero yo debo reconocer que lo hago, unas veces por cuestiones de tiempo y otras, por cuestiones de comodidad. Creedme, en ocasiones es mejor dejarlo todo a un lado y poder disfrutar un poco más de los tuyos. Quizás ese día la comida no sea tan buena, pero lo compensa la compañía y disfrutar ese ratito, al menos a mí me compensa. Siempre se trata de equilibrar la balanza, o eso al menos pienso yo.

  Venga niñas, que os cuento qué se necesita:

* Un buen puñadp de tomates secos.
* Un cazo pequeño con agua hirviendo.
* Unos 200 grs. de mayonesa.
* Un chorrito de Salsa Inglesa ( Worcestershire ).
* Albahaca picada.
* Un par de cucharadas de sazonador italiano, yo le puse uno que hay en el Mercadona para espaguetis.
* Un par de dientes de ajo bien picados.
* Sal y pimineta .
* Unos 500 grs. de carne picada, yo usé una mixta, ya sabéis, mitad ternera, mitad cerdo.
* Queso mozzarella rallado.

  Preparación:

- El puñado de tomates secos lo agregaremos al agua hervida ya apartada del fuego y lo dejarmos reposar unos cinco minutos.

- Cuando estén ya hidratados lo mezclaremos con la mayonesa y lo pasaremos por un procesador de alimentos, para que quede una salsa fina. La reservamos en la nevera para el final.

- Ahora preparamos la carne. Facilísimo, sólo tenemos que añadir el resto de ingredientes (menos el queso mozzarella) a la carne, mezclaremos bien, lo mejor, con nuestras manos, hasta que quede todo bien integrado.

- Y lo dejaremos macerar en la nevera al menos un par de horas, yo lo preparé por la mañana para la cena.

- Una vez macerada, cogemos la masa y haremos 8 hamburguesas bien finas.

- Agregaremos el queso mozarrella sobre 4 de esas hamburguesas y las cubriremos con las otras 4 restantes, presionando bien los bordes para que el queso se mantenga en su interior.

- Ahora sólo nos queda hacerlas a la plancha hasta que estén más o menos hechas, eso a gusto de cada cual.

- Cubrimos con la salsa de tomates secos y a la mesa.