domingo, 31 de mayo de 2015

Donuts Cake

  Vuelvo con otra tarta, pero esta vez una muy diferente. Lo primero que quería hacer, es agradeceros a los lectores de este blog todo vuestro apoyo tras la entrada anterior, cada una de vuestras palabras, haya sido como comentario aquí o en Facebook, Twitter o privados, ha supuesto un apoyo importantísimo para mí en estos días.


  Creo que os merecéis que os ponga al día de los últimos acontecimientos. El Director del colegio me envió a través de mi hijo pequeño una disculpa a título personal reconociendo que no habían estado a la altura de las circunstancias, que desde el jurado no se resolvió el tema como se merecía y que habían estado muy torpes, bla bla bla..., eso sí, ponía mucho interés en promover mi participación para el próximo año (debe ser que se venden muchas porciones).

  A sus disculpas yo respondí como creo que debía hacerlo, las acepté, pero dejando clara mi postura y le informé de ciertas cosas, entre ellas, que había niños que aprovechando una decisión injusta se habían estado metiendo con mi hijo pequeño.


  Y yo no esperaba que rectificaran públicamente (se ve que los sentimientos de la mujer a la que le dieron el premio "equivocadamente" les quita el sueño, a los míos que les den), aún así he esperado varios días (para no precipitarme) antes de contaros que lo que más me ha dolido es que no se ha preocupado ni por un instante de cómo podía verse afectado mi niño. A mí ya que me mienta descaradamente me importa un pimiento (eran conscientes de lo que hacían antes de hacerlo), pero que no haya tenido en cuenta el daño que le ha podido ocasionar a un niño de 10 años me deja triste, muy triste. ¿Es eso lo que se espera de alguien a quien se le presupone tanta categoría?


  En fin, que cada uno se retrata como es antes o después, y en este caso antes que después.

  Vamos con la tarta, que es lo que nos ocupa hoy. Como andaba tan liada con la del colegio, mi hijo mayor se tenía que conformar este año con algo mucho más sencillo, yo no daba para más. Por suerte tengo un niño que es un cielo, y que a pesar de su sencillez la disfrutó y la agradeció de lo lindo.


  La receta la saqué de otro blog (Misthermorecetas), y debo confesar que es una delicia, fácil de hacer y con un resultado espectacular. Yo he utilizado otro glaseado, les he dado color y he montado esta montaña para que quedaran bien vistosos. A los chicos que acudieron al cumple les encantaron, y a los padres también.

  Ingredientes:

* 300 gr. de leche entera.
* 30 gr. de levadura prensada fresca de panadería.
* 1 cucharadita de azúcar.
* 130 gr. de harina de fuerza.
* 2 huevos.
* 2 yemas de huevo.
* 120 gr. de azúcar.
* 500 gr. de harina de fuerza.
* 1/2 cucharadita de sal.
* 120 gr. de mantequilla a Tª ambiente.
* 500 ml. de aceite de girasol para freír.


  Preparación:

- Vertemos la leche en el vaso de la Thermomix y programamos un minuto, Tª 37ºC, y velocidad 1.

- Añadimos la levadura desmenuzada, la cucharadita de azúcar y los 130 gr, de harina de fuerza. Mezclamos durante 30 segundos a velocidad 3.

- Dejamos reposar la masa dentro del vaso hasta que en la superficie de la misma aparezcan burbujas (20 minutos aproximadamente)

- Pasado ese tiempo, incorporamos los huevos, las yemas y el azúcar. Programamos 10 segundos, a velocidad 4.

- Agregamos la harina de fuerza y la sal. Amasamos durante 3 minutos, vaso cerrado y velocidad espiga.

- Sobre la tapa del vaso ponemos un bol, pulsamos la tecla balanza y echamos la mantequilla hasta que pese 120 gr.

- Programamos 2 minutos, vaso cerrado y velocidad espiga, y vamos añadiendo la mantequilla en trozos pequeños por el bocal.

- Dejamos reposar la masa dentro del vaso durante una hora.

- Transcurrido este tiempo, bajamos la masa con la espátula y programamos 1 minuto, vaso cerrado y velocidad espiga.

- Retiramos la masa del vaso y la ponemos sobre una superficie enharinada. Amasamos ligeramente para sacarle el aire y formamos una bola.

- Con la ayuda de un rodillo extendemos la masa hasta dejarla de 1 cm. de grosor.

- Cortamos la masa con el molde. 

- Unimos la masa sobrante haciendo una bola, la estiramos de nuevo con el rodillo y volvemos a recortar más donuts, así hasta que terminemos con la masa.

- Colocamos los donuts recortados sobre papel de hornear y esperamos a que doblen su volumen.

- Y a freír los donuts en una sartén honda, a fuego medio-bajo, dándoles la vuelta para que se doren por ambos lados.

- Los colocamos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.


  Ya sólo nos queda esperar a que enfríen y añadir la cobertura que prefiráis y de los colores que más os gusten. Si queréis hacer esta tarta sólo tenéis que ir colocándolos de la manera que más os convenga e ir ensartando palos de brocheta para que se sostenga,
  
  Pues ya está todo dicho por hoy. A Rafa le encantó y pasó una tarde estupenda con sus amigos alrededor de esta tartita. Muchos besotes.

lunes, 25 de mayo de 2015

¿Una decisión justa?

  Pues vamos con esta entrada. Debéis saber para empezar que esta entrada tiene destinatarios concretos  y que además está muy meditada, mucho. No se trata de una rabieta ni está escrita desde el calentón del momento.



  Como cada año llegaba la hora de preparar la tarta para la fiesta del colegio, pensando pensando, pues llegué a la conclusión de que la idea que me dio mi marido era la mejor. Este año el colegio ha organizado unas jornadas interdisciplinares basadas en la antigua Grecia, y con ese motivo los chicos de Primaria realizaron una representación de La Guerra de Troya, que todo sea dicho, resultó espectacular, salió en los medios locales incluso ocupando alguna primera portada, vamos, todo un éxito.


  Qué mejor que representarla en una tarta??? pues ala, La Iliada en tarta, cualquier cosa. Planifica la tarta, modela soldados, barcos, espadas, escudos,..., hornea 13 bizcochos, haz el relleno, monta las tartas (que son 5, como podéis ver), fórralas con fondant, píntalas con aerógrafo, déjalas secar, coloca las figuritas y que no se caigan (de esas he perdido la cuenta, en las fotos veréis que no son ni una ni dos), y termina de colocar todos los detallitos (letras, sangre, hierba,...).

  La llevamos al colegio, quienes hacéis este tipo de tartas sabéis lo que implica el desplazamiento, sufrimiento que casi te sale por los poros de la piel, casi no, que sudas como un pollo en el asador hasta que no la ves colocada en su sitio.


  Bueno, pues todo esto porque una piensa que debe colaborar de alguna manera en las actividades del colegio, y siempre siempre, con el mayor cariño posible, buscando algo que impresione a los chicos y cada año intentando que sea más grande que el anterior para que puedan vender más porciones y le saquen más partido.

  Lo de que sea un concurso es algo secundario, pero con todo y con eso, yo, como siempre intento que mis hijos saquen una enseñanza con mi ejemplo, en este caso, es que uno debe poner en todo momento todos sus medios para hacer lo que sea de la mejor manera posible. Por eso me empeño en hacerla un poquito mejor cada vez.


  Llega la hora de la deliberación del jurado y sorpresa, gana una tarta con dos bizcochos de chocolate, sin relleno. sin forrar, uno sobre otro, encima, modelados un diploma, un libro y un birrete, así sin más, podéis verla en mi Facebook y en mi Twitter, mejor, os la pongo aquí para que podáis verla (perdonad la calidad, pero está sacada del Twitter del colegio).


  La sorpresa os aseguro que no fue sólo nuestra, sino generalizada, después incluso de que la ganadora se luciera bien roneándose al ir a recoger el premio (yo no lo hago desde que mis hijos tienen edad de ir a recogerlo solos, que lo disfruten ellos), los asistentes (muchos, por cierto), aún seguían felicitándome por el primer premio, y cuando les aclarabas la resolución pues era para haber grabado todas y cada una de las caras de perplejidad.


  A ver, que si quien se llevó el primer premio lo hubiera merecido más que yo, pues ole por ella, pa quitarse el sombrero, yo nunca he dado por hecho que tenga que ser mío, pero cuando el trabajo que gana es muy mediocre, pues también hay que decirlo, y de todo esto yo saco varias conclusiones.

  La primera es que si el colegio pretende dar tanta importancia a la excelencia académica, premiar un trabajo mediocre a la vista de todos no es la mejor manera de dar ejemplo, sobre todo cuando es algo tan descarado, público y notorio.


  La segunda, si la decisión fue tomada como consecuencia de las envidias y los comentarios que vengo escuchando desde hace años, pues ceder a ese tipo de presiones y no ser justo, tampoco es un modelo de comportamiento. Escoger el camino más fácil y que sean envidiosos no es lo que busco que aprendan mis hijos.


  Tercera, si en algún momento lo que pretendían es incentivar a otras madres con el concurso tampoco escogieron la mejor manera, porque así hecho lo que hicieron fue despreciar mi trabajo, así lo siento.

  Total, que tanto presumir la dirección del colegio de sus planes de formación en valores, y  resulta que los mandaron a tomar por saco en medio segundo. Y siendo algo tan obvio, porque lo fue, pues no es algo que percibamos sólo en casa, entérense ustedes de que se dio cuenta todo el mundo.


  Así que ese dechado de virtudes debo decir que quedó muy en entredicho con su actuación. Porque a todo esto, deben entender que con su decisión los que quedaron mal fueron ustedes, mi trabajo estaba allí, lo vio y lo probó todo el mundo, lo comparó también todo el mundo (en cuanto a presentación y sabor, que quede claro), así que me puedo sentir más que orgullosa de mi trabajo y sobre todo de que mis hijos sepan sin lugar a dudas y sin que yo les haya dicho nada que su actuación fue pésima y nada ejemplar.


  También decirles que no sólo mis hijos lo tienen claro, los chicos también, y ustedes son conscientes de ello, aunque yo creo que ya picó demasiado que fueran ellos precisamente los que me nombraran en su discurso de graduación, eso no fue un primer premio, sino que fue el mejor reconocimiento que una pueda recibir, a ver si los niños del curso de esa madre que ha ganado este año también la recuerdan a ella el día que se gradúen y los padres del curso le piden tartas y galletas para los eventos importantes en sus familias como hacen conmigo.

  En fin, me doy perfecta cuenta de que no van a reconocer el error que han cometido, entre otras cosas porque aunque todo el mundo piense que el tongo ha sido muy claro, hoy en día la gente en general es bastante tibia y no suele decir lo que piensa para no señalarse, me lo dicen a mí, pero pocos o ninguno se lo dirán a ustedes, y lo que harán será pasar de puntillas para que no se hable mucho del tema, como suelen hacer habitualmente ustedes en casos como este o parecidos.


  Les digo ya que hubiera preferido no llevarme ningún premio, entre otras cosas, porque se lo digo ya, sobre todo para quienes ganen el año que viene, carecía de sentido de buen gusto, tanto es así que mi marido se lo ha llevado a su trabajo porque a mis hijos les horroriza (y a mí, aunque no les haya dicho nada a ellos), vamos, que les daba grima.

  En cuanto a si voy a presentarme el año que viene o no, pues ya tengo mi decisión tomada al respecto, ya se enterarán llegado el momento, y muy probablemente no les gustará, pero si ustedes tienen derecho a tomar la suya, yo tengo derecho a tomar la mía, ¿no creen ustedes?


  ¿Qué espero con esta entrada? Nada, absolutamente nada, incluso habrá quien me critique y que diga que tengo muy mal perder. Pero si algo me han enseñado los años es que ser tibio, o callarse lo que uno piensa no sirve absolutamente para nada, sólo para que te tomen por idiota, así que visto lo visto digo lo que tengo que decir y me quedo tan a gusto.

  He observado durante años como mi tarta ganaba y en la web del colegio no aparecía ningún año ni una mísera foto, es más, hubo un concurso de postres de chicos en el colegio y habiendo ganado mi hijo presentando un vídeo bastante bueno para su edad, pusieron el de otro, que lo que daba a entender es que su postre había sido el ganador, que eso sí que me dolió, porque en este caso se trataba de mi hijo, no de mí. Y con todo y con eso preferí no intervenir porque está en una edad muy complicada y no quise que pasara vergüenza sacando su nombre a relucir. Pero llegados a este punto lo suelto todo y como dice el refrán: "Más vale una vez colorá que un ciento amarilla".


  Señores del colegio El Romeral de Málaga:"Lo han hecho mal y lo saben".


viernes, 22 de mayo de 2015

Emoticons Cookies

   Pufff...cómo pasa el tiempo, si me parece que hace menos tiempo que os presentaba las galletas para el cumple de mi peque, y resulta que ya ha pasado casi el mes y llega el cumple de su hermano.


  Rafa cumple ya 12 añazos, a mí me parece casi mentira que hayan podido pasar tantos años desde que lo cogí en brazos por primera vez y descubrí ese hoyo tan bonito que tiene en la barbilla, esos ojitos rasgados y esa naricilla chata.


  Si Rafa ha sido siempre vergonzoso pues imaginad a esta edad, nosotros intentamos ser respetuosos con su espacio, y eso que nos resulta muy muy complicado, porque a mí me encantaría cogerlo por banda y comérmelo a besos cuando entra y sale del colegio, pero tampoco quiero que muera de un ataque de vergüenza.


  Teníais que ver su cara cuando le dije que para llevar estas galletas al cole me iba a poner una camiseta de emoticonos que me compré hace poco y que aún está por estrenar, el pobre quería pensar que no era cierto que yo fuera capaz de hacer eso. Era broma, por supuesto, aunque yo hubiera sido más que capaz, porque payasa soy un rato, pero con su edad mejor actuar con discreción, no???


  Ha sido un año duro, a pesar de ser un chico con capacidad de sobra no ha puesto toda la carne en el asador y día tras día su padre y yo hemos tenido que andar achuchándolo, y eso ha hecho que muchas tardes todo se hiciera cuesta arriba, para él y para nosotros.


  Así que aunque por un lado me da pena que vaya cumpliendo años, por otro espero que la luz de la madurez lo vaya alumbrando.

  En este momento ya comenzamos con un cambio importante, un nuevo ciclo, ya deja de ser un chico de Primaria para convertirse en un muchacho de Secundaria, con más responsabilidades. Nosotros tenemos que ir alejándonos para que vaya tomando las riendas, hasta ahora lo hemos ido haciendo despacito, pero llegados a este punto tenemos que empezar a dar ese paso final de "destete", por llamarlo de alguna manera, fomentando su autosuficiencia.


  Y aunque él eso ahora no lo llegue a entender, espero que algún día lo llegue a comprender y a agradecer, por muy difícil que le resulte ahora. A su padre y a mí nos toca dar otro pasito atrás, tampoco es fácil, pero intentaremos que así sea.


  Este año va a ser el último que lleve galletas, hay que hacer gala de madurez y no dejará de llevar algo para celebrarlo con sus compis, pero ya no serán galletas decoradas. Ya este año ha sido complicado escoger un motivo que no resulte demasiado infantil, y pensando pensando se me ocurrió ya hace meses hacerlas así.


  Justo después empecé a ver algunas así por la red, así que se ve que muchos hemos tenido esta misma idea...jajaja. Son 40 galletas todas diferentes entre sí, no hay 2 exactamente iguales, a Rafa le han encantado, y espero que al resto de los chicos también.

  Y ya está, se acabó la entrada de hoy. vendrá alguna entradilla más en breve y falta lo mejor, una tarta que este año se ha hecho de esperar pero que creo que no va a estar mal. Besotes.

miércoles, 13 de mayo de 2015

Graduation Cookies

  Pues como dice este cuadrito: "Una sonrisa es lo más bonito que puedes llevar puesto", y eso fue lo que le ocurrió a mi hijo cuando ayer se encontró estas galletas sorpresa por su graduación, esa sonrisa iluminó su carita, y efectivamente era lo más bonito que podía llevar puesto.


  Como dice este otro cartelito: "Van a ocurrir cosas buenas", y es que esta misma tarde se gradúa de Primaria, ya el siguiente curso será ya un chico de secundaria. Sí, se me está haciendo muy mayor mi niño, que ya no es tan niño, y poco a poco él se irá sintiendo menos mío, aunque yo lo seguiré llamando así siempre.


  Este otro cartel dice: "Hoy estoy emocionado con todo", es que es así, está emocionado por tantas cosas últimamente, hoy es la graduación, pero hace unos días su primera representación teatral, y antes había tenido lugar la guerra de Troya (un evento también del cole, con su disfraz y todo), y también el Día del Libro, que me preparé a conciencia para que les gustara a los chicos, y en  pocos días llega su cumple, y la fiesta del cole, y después su Confirmación.


  Total, que anda con tantas cosas en la cabeza que le cuesta centrarse, y ahí andamos papá y mamá todo el día achuchando y dando la lata para que no deje de cumplir con sus obligaciones. Es una edad complicada, comienza con esa pre-adolescencia tan difícil de llevar, si al menos entendiera que todo lo hacemos por él, pero quién piensa eso a su edad???


  Pero con todo nos sentimos muy orgullosos de él, él anda emocionado pero nosotros lo estamos tanto o más que él, así que hoy nos pondremos todos guapos e intentaremos colocarnos en primera fila para no perdernos un detalle de una acontecimiento tan importante para él y poder inmortalizar el momento.


  Pues de eso ha ido la entrada de hoy, de sentimientos, de lo que siente él, de lo que siento yo, las galletas son hoy lo de menos, sólo le preparé unas poquitas porque sé lo que le gustan y quería tener ese detallito con él para que vea lo que me importa todo lo que le ocurre día a día.


  Espero que os gusten tanto como a él y a ver de dónde saco tiempo, que tengo hasta cosillas atrasadas por poner. Muchos besotes.


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