martes, 29 de enero de 2013

Raspberry Lemonade Cupcakes

  Es cierto, llevaba mucho sin preparar cupcakes, pero en Navidades siempre acabo un poco saturada porque preparo grandes cantidades, y preciso de algunas semanas preparando otras cosas para retomarlos después con más ganas.


  En cualquier caso, ahora estoy en un momento en el que necesito abrir mi mundo repostero, no quiere decir que no prepare más cupcakes, eso seguiré haciéndolo porque es un vicio sin remedio. Pero sí que me apetece probar otro tipo de recetas, y ahí ando, recopilando, algunas son más tradicionales y otras menos, pero os aseguro que las que aquí os muestre siempre serán deliciosas.


  No me gusta que el blog se convierta en monótono y aburrido, incluso cuando preparo tartas decoradas me gusta que sean muy diferentes entre sí. Si el blog se agarra a la rutina significa que yo también, y eso es lo que intento evitar. Porque precisamente eso es lo que hace que mi vida de salga de lo corriente.


  Habrá quien piense que el hecho de preparar recetas constantemente sea algo pesado y tedioso, pero el elaborar nuevas fórmulas con nuevos procedimientos me hace ilusionarme cada vez que enciendo el horno o me pongo a amasar. No supone el centro de mi vida, ese lugar ya anda ocupado por mis hijos y el resto de mi familia,  pero es...¿cómo explicarlo?, es como si formara parte de mi mundo, es algo sólo mío, está en mi parcela.


  Que después traspasa barreras porque toca que lo prueben los demás, pues también, pero ese rato en la cocina es para mí, única y exclusivamente para mí. Por eso siempre escojo las mañanas para realizar mis trabajos, normalmente ando sola por casa haciendo mil cosas a la vez, eso sí, a mi ritmo. Claro que también horneo alguna tarde y los fines de semana, pero las mañanas son mi momento favorito para dedicarme a la cocina.


  Así que esta mañana después de acompañar a los peques en el cole, de desayunar con una amiga y dejando para después la pila de platos amontonados en el fregadero pensé que era el instante perfecto para hornear estos cupcakes, y que ya puestos, pues íbamos a darle un toquecito romántico. Hay quien insiste en resistirse a esta fecha, yo muy al contrario me dejo llevar, ni es peor ni es mejor, pero ya sabéis que a mí me gusta más una celebración que a un tonto un lápiz, y además no puedo dejar de demostrarlo.


  Ingredientes:

  Para la masa:

* 400 gr. de harina.
* Una cucharadita de polvo para hornear.
* 1/2 cucharadita de sal.
* 400 gr. de azúcar (yo suelo usar caster sugar, un azúcar ultrafino, muy fácil de diluir en frío, pero podéis poner perfectamente azúcar granulada, de la de toda la vida).
* 200 gr. de mantequilla, a Tª ambiente.
* 4 huevos grandes.
* La ralladura de la cáscara de dos limones.
* El zumo recién exprimido de un limón.
* 250 ml. de buttermilk (suero de mantequilla, la podéis encontrar en el Lidl, Aldi, o bien hacerla en casa, es fácil de hacer, sólo necesitáis leche y limón y encontraréis la receta sin dificultad por la red).
* Un sobre de gelatina de frambuesa.

  Para el frosting:

* 66 gr. de claras pasteurizadas.
* 200 gr. de azúcar.
* Una cucharadita de extracto de vainilla.
* Una cucharadita de meringue powder (polvo de merengue, se comercializa en establecimientos especializados, podéis encontrarlo con facilidad, debo confesar que no es imprescindible, pero a mí me gusta usarla cuando utilizo claras).
* Un sobre de gelatina de frambuesa.
* 90 ml. de agua caliente.


  Preparación:

  De la masa:

- Precalentamos el horno a 175ºC.

- En un bol mediano tamizamos juntas la harina, la levadura y las sal. Reservamos.

- En el vaso de la batidora a velocidad media, batimos la mantequilla junto con el azúcar, aproximadamente durante unos 5 minutos, hasta que la mezcla resulte suave y esponjosa.

- Calentamos la buttermilk y le añadimos el sobre de gelatina de frambuesa, removiendo bien hasta que quede bien diluido, reservamos dejando que enfríe.

- Ahora agregamos los huevos, uno a uno, como siempre, batiendo bien después de cada adición, que quede completamente integrado.

- En este momento bajamos la velocidad y añadimos la ralladura  y el zumo de limón.

- Nos queda verter los ingredientes secos que habíamos reservado, lo haremos en 3 tandas, alternando con 2 tandas de nuestra buttermilk, no debemos olvidar que siempre debemos comenzar y terminar con la harina.

- Repartimos la mezcla entre los moldes y horneamos durante más o menos unos 25 minutos. Sacamos y dejamos reposar un 5 minutos antes de desmoldar, tras los cuales terminarán de enfriarse sobre un rejilla.


  Del frosting:

- Se colocan todos los ingredientes (menos el agua caliente) en el vaso de la batidora con las varillas para montar, a velocidad baja.

- Cuando veamos que queda todo bien incorporado, cuestión de 1-2 minutos, vamos agregando poco a poco el agua.

- Aumentamos la velocidad al máximo y batimos durante 5 minutos exactos, no se necesita ni uno más ni uno menos. Obtendréis una crema delicada y suave, pero suficientemente consistente como para aplicarla con la manga pastelera sobre nuestros cupcakes ya fríos.


  La verdad es que este experimento con el frosting ha sido un verdadero éxito, como os digo suave y esponjoso pero que aguanta sin problemas de derrumbe sobre el cupcake. Yo he pensado en estos corazones que tenía ahí desde hace un tiempo y que he decidido que ya era el momento de usar, pero bien podéis poner una frambuesa fresca sobre el cupcake, o bien hacerlo con gelatina de fresa y una fresita encima cortada a forma de corazón si os apetece para esta fecha tan especial, eso ya a vuestro gusto. A ver qué me dice mi marido cuando llegue y esta noche mis compis. Besotes.

viernes, 25 de enero de 2013

Condensed Milk Donuts (horneados o fritos???)

  Pues ya sabéis que en este tiempo he preparado un par de recetas de donuts anteriormente, unos fritos y otros horneados. Lo que pasa es que con los horneados, difícilmente encuentro una receta que me termine de gustar, unos saben a donuts y otros no, y la textura es más abizcochada.


  Así que probando y probando, el otro día me pareció que esta receta que os presento hoy tenía posibilidades para prepararlos de las dos maneras. Por un lado me daba algo de pereza tener que hacerlos a dos bandas, pero por otra me pareció una oportunidad estupenda para hacer comparaciones.


  Me decidí a vencer mi holgazanería, que en estos días de frío se agudiza de manera extrema, me eché la manta a la cabeza y lo puse todo por medio por mi mini-cocina para elaborar estos donuts de leche condensada fritos y horneados.


  Para completar el experimento decidí llevar unos cuantos de cada al trabajo, sobre todo para tener una visión más objetiva que no fuera la mía propia. Para mi gusto, la versión horno es más sosita, pero si la tuneamos sólo con un poco de glaseado gana muchísimo y quedan estupendos. Los fritos me parecieron más sabrosos, y el relleno en ambos casos quedó de maravilla.


  Claro está que se le puede aplicar el mismo relleno a los dos, pero yo decidí darles toques diferentes para que supieran realmente de forma distinta, aunque ambos fueran con fresa de una u otra manera. A Paco le gustaron más los fritos y a los peques también.


  Ingredientes:

* 500 gr. de harina para todo uso.
* 40 gr. de azúcar.
* 25 gr. de levadura fresca.
* 150 ml. de leche condensada.
* 200 ml. de agua tibia.
* Un huevo grande.
* Una pizca de sal.


  Preparación:

- Hacer un hueco en el centro de la harina y agregar la levadura disuelta en el agua tibia, la leche condensada, el huevo y el azúcar y comenzar a amasar.

- Cuando la masa haya adquirido consistencia, añadimos la pizca de sal, y amasamos de nuevo hasta que obtenga una consistencia elástica.

- Dejamos reposar en un bol, cubierto con un trapo de cocina húmedo en un lugar templado durante unas dos horas, hasta que haya doblado su volumen.

- Extendemos la masa con nuestro rodillo sobre una superficie ligeramente enharinada o bien engrasada, yo particularmente prefiero esta última opción.

- Cortamos la forma deseada para nuestros donuts y dejamos reposar de nuevo unos 30 minutos aproximadamente (el lugar debe ser cálido, recordad), para que leuden otra vez, volviendo a doblar su volumen.

- Y aquí la elección de cada cual, bien los freímos en aceite bien caliente, con unos segundos por cada lado nos valdrá. O bien los metemos en el horno precalentado a 180ºC unos 15 minutos más o menos.


  El glaseado de los horneados es muy sencillo, tan sólo precisamos de 2-3 fresas, una cucharada de mermelada de fresa, dos cucharadas de leche y  1- 2 tazas de azúcar glas tamizado, pasándolo todo por un procesador de alimentos. En cuanto al relleno, como se puede ver no es más que nata montada con fresas cortadas en rodajas.

  El relleno de los fritos es mermelada de fresa, aplicada con un jeringa tras haber hecho un agujerito donde más nos convenza.


  Y os preguntaréis cuál fue el veredicto de mis compis del curro, pues bien, no supieron por cuál decidirse. En cualquier caso, debo decir que esta vez los horneados tenían una textura bastante más parecida a los donuts de verdad, así que además de que quedaron la mar de ricos sólo por eso mereció la pena hacer la investigación de campo. Además le di un toque romántico, que ya hay que empezar a ponerse las pilas para daros ideas. Qué??? Quién se anima a prepararlos??? Muchos besotes y feliz finde.

lunes, 21 de enero de 2013

Minnie Mouse Cake

  Buenos días chicas, hoy no hay receta pero sí que hay tarta. Normalmente con las tartas no suelo poneros recetas, si son para nosotros, para la familia, es probable que decida experimentar. Pero si como en este caso es para otras personas, pues prefiero tirar de recetas ya conocidas e ir sobre-seguro, mejor no meter la pata.

  La que os enseño hoy era una tarta para la hija de un compañero de trabajo, Antonio, bueno, si se trata de un compañero siempre será Antonio, sólo hay tres hombres trabajando en la unidad ahora, y fijaos que los tres se llaman igual, así que como os digo, en cualquier caso se tratará de un Antonio si hablamos de compañeros.

 
  Su hija ya no es ninguna niña, pero como a tantas de nosostras, le sigue gustando este personaje a pesar del paso de los años. Y es que yo creo que por muy mayores que nos hagamos siempre tendremos un rincón un poco infantil en nuestros corazones, sí, ese que después, cuando tenemos hijos nos empuja a jugar con ellos como si nosotros también fuéramos críos.


  Cuando este verano pasado fuimos a EuroDisney mi marido se quedó mirándome mientras veíamos la cabalgata y los fuegos nocturnos, y según él, andaba yo más ilusionada que los peques, y probablemente sea cierto, porque debo confesar que lo pasé bomba.

  Y así con esta reminiscencia infantil me dispuse a hacer esta tarta. La verdad es que lo de modelar a Minnie me imponía un montón, he visto muchísimas tartas por la red y temía no ser capaz de hacer una figura que se pareciera. Algunas que he visto por ahí están geniales, y temía no estar a la altura porque verdaderamente es muy complicado, y ahora que me ha tocado a mí, doy fe de ello.


   Además de intimidarme hay que decir que también me provocaba, vamos que suponía un reto. Y sin metas es que la vida no tiene sentido. Es un gusanillo que te impulsa y te da valor para afrontar el nuevo desafío. Puede que te salga bien o no, pero en cualquier caso, de todo se aprende.


  Necesité de unas cuantas horas para obtener este resultado, no es que sea perfecto, pero creo que quedó bastante bien y que se distinguía a Minnie, además quería resaltar algunos detalles, como los pololos, sin ellos Minnie no es la misma, tenía que ser roja, y los topos blancos no podían faltar por supuesto.


  Esta vez se trataba de un encargo, así que me limité a lo que me pedía Antonio (aunque la verdad es que me dejó mucha libertad, lo único que me pidió es que fuera de este personaje y que fuera chiquita), pero ya sabéis que me gusta darle un poco de sentido a la tarta, y  creí que si la muñequita estaba celebrando su propio cumple con una tartita a su estilo le daría mucho encanto.

  Me pareció que con dos pisos podía jugar un poco más haciendo combinaciones, y que podía seguir siendo chiquita, pero es que me dislocan las tartas altas, aunque tengan un diámetro pequeño. Como veis en este aspecto hice lo que quise, y lo mejor fue cuando Antonio y su otra hija la recogieron, se fueron encantados, mi mejor recompensa. Besotes y feliz semana.

jueves, 17 de enero de 2013

Mocha Éclairs

  Pues chicas, el otro día me propuse hacer estos dulcecitos porque necesitaba pensar en otra cosa que no fuera la que tenía en mente en ese momento, y ya sabéis que para mí la repostería y este blog constituyen una especie de terapia que me ayuda a expandir mi cabeza y a desfogar, tanto mis alegrías como mis penas.


  No os había querido contar nada porque no quería entristeceros, pero no consigo quitarme de la cabeza lo que pasó la tarde del día cinco en la cabalgata, nosotros estábamos muy próximos al lugar donde ocurrió, por suerte no tanto como para que mis hijos pudieran ver algo. Pero cuando me enteré del desenlace del pequeño me quedé helada, pensando en cómo esos padres debieron llevar al chiquillo con toda la ilusión del mundo y cómo debieron regresar de la misma, destrozados y sumidos en la tristeza más absoluta.


  Como os digo no quería comentaros nada, no es una noticia alegre. Pero es que el domingo, cuando me tomaba un café revisando el correo antes de ir al trabajo, me enteré de otra noticia trágica, el padre de un compañero de mi hijo mayor había fallecido. Uffff, sabía que estaba enfermo, y justo un par de días antes me había encontrado a su mujer allí en el colegio, no habíamos aparcado tan cerca como en otras ocasiones, así que la saludé desde lejos y poco más, y cuando ya entré en el coche pensé: " Ayyy, no le he preguntado por cómo está su marido!!!, bueno, el próximo día". Y no he podido, no ha dado tiempo.


  Lo que más pena me da es cómo debe afectar a sus pequeños y a su mujer su pérdida. Y no puedo evitar pensar en que no podría soportar la falta de alguno de mis hijos, y qué sería de ellos si alguno de nosotros faltáramos. Ambas cosas me ponen los pelos de punta y se me encoge el alma.


  Sé que la vida sigue, y que poco a poco seguiré como siempre, sin dar tantas vueltas a ese tipo de cosas, pero cuando las ves tan cercanas, por mucho que uno quiera no puede rehuir ciertas ideas, y darse una cuenta de lo que es realmente importante, aunque pasado-mañana vuelva a discutir con Paco por cualquier tontería. Estos momentos son así.


  Así que como os digo, me metí en la cocina para mantener mis pensamientos ocupados en otros menesteres, y así sobrellevar mejor el día, y esto fue lo que salió. La masa la hice en la Thermomix porque resultaba lo más cómodo y práctico, pero igualmente se puede hacer con una cacerola al fuego, y transfiriendo después la masa al vaso de la batidora.


  Ingredientes:

  Para la masa:

* 250 ml. de agua.
* 100 gr. de mantequilla.
* Una pizca de sal.
* 200 gr. de harina.
* 5 huevos.

  Para el relleno:

* 100 ml. de nata fría, para montar.
* 100 gr. de queso mascarpone.
* Un sobrecito de café soluble.
* Una cucharadita de esencia de vainilla.
* 2 cucharaditas de azúcar blanca granulada.

  Para el glaseado:

* 2 cucharadas de nata.
* Un sobrecito de café soluble.
* Una cucharadita de esencia de vainilla.
* 200 gr. de azúcar glas tamizado.
* Un poquito de leche si queda demasiado espeso, la cantidad, un poco al gusto.
* Cacao para espolvorear.


  Preaparación:

  De la masa:

- En la thermomix colocamos el agua, la sal y la mantequilla, y lo programamos durante 5 minutos, Tª 100ºC y velocidad 1. Como veis esto es lo que se puede hacer en una cacerola, debe hervir un poco la mezcla, habiendo quedada derretida la mantequilla por completo, os indicaré en el momento en el que habría que pasarlo a la batidora.

- Agregamos la harina y  programamos 20-30 segundos, velocidad 5. Para hacerlo a mano nos bastaría con remover bien con una cuchara de palo, hasta conseguir que quede bien mezclado y sin grumos, formando una bola al final. Antes del paso siguiente debemos dejar que enfríe un poco, que os quede templado.

- Ahora sí os hace falta pasar a la batidora, para poder añadir los huevos, como siempre uno a uno, batiendo bien entre adiciones, en la thermomix a velocidad 4, unos 10 segundos entre huevo y huevo.

- Transferimos la masa a una manga y con una boquilla medianamente ancha (yo los he preparado con las boquillas que uso para los frostings de los cupcakes), sobre la fuente de horno forrada con papel encerado formamos una especie de churros anchos, de unos 10-12 cm. de largo.

- Horneamos unos 12-14 minutos con el horno precalentado a 200ºC,  tienen que quedar doraditos.

- Los dejamos dentro del horno apagado unos 5 minutos , los sacamos y dejamos que terminen de enfriar.

  Del relleno:

- Montamos nuestra nata junto con el azúcar.

- Una vez montada, añadimos el sobrecito de café y la esencia de vainilla y mezclamos bien para que quede todo bien integrado.

- Sólo nos queda agregar el queso mascarpone, batiendo a velocidad media, hasta que nos quede una mezcla homogénea y de consistencia media, quiero decir que no os montará picos duros pero mantendrá bastante bien la forma de la boquilla que uséis después.

  Del glaseado:

- En el vaso de la batidora mezclamos todos los ingredientes menos la leche, que usaremos al final para darle  la consistencia deseada, depende de si os gusta un glaseado más o menos espeso.

  Montaje:

- Una vez fríos los éclairs, con un cuchillo con una punta finita, tipo cuchillo de pelar los abrimos por la mitad.

- Rellenamos con nuestra manga pastelera.

- Con una cuchara vertemos el glaseado por encima.

- Y con un tamizador espolvoreamos cacao sobre el glaseado.


  Los llevé por la noche al trabajo y mis compañeras quedaron encantadas, en casa tampoco le hicieron ascos, y mi madre, a la que le envié un par, me dijo que estaban riquísimos y tiernos tiernos. Así que fue un absoluto éxito, os los recomiendo. Besotes.

lunes, 14 de enero de 2013

Wedding Cookies

  Pues aquí van otras galletas que preparé antes de Navidad y que tenía pendiente enseñaros. Fueron para el profe de mi hijo pequeño que se nos casó en el puente de La Inmaculada.


  Debo decir que fue un gustazo prepararlas, y es que estaba esperando el momento de estrenar mi Sugarveil, y me pareció perfecto para hacerle los velos a las novias. Ya sé que hay quienes piensan que donde se ponga lo manual y lo clásico que se quite lo demás. Al menos es lo que leí en el Facebook en su momento, hace ya mucho, algunas personas decían que dónde se pusiera hacerlo con un texturizador y demás..., pues que esto del Sugarveil no era lo mismo.


  Efectivamente no es lo mismo, yo diría que es mucho mejor, sobre todo para hacer estos detallitos. Voy a reconocer que a mi me alucinan todos estos avances y descubrimientos, cuanto más haya, más podremos esmerarnos y hacer cosas diferentes.


  Qué deciros??? Yo estoy completamente a favor, y es que descubrir inventos que nos abran nuevas posibilidades, nos da más opciones y amplía nuestra creatividad aún más. No digo que todo lo nuevo sea bueno, pero al menos merece una oportunidad. Y en concreto, al menos conmigo, éste producto ha aprobado con creces.


  Así que en cuanto vi que los habían traído a La Casita me hice con el preparado y uno de sus tapetes. Lo negativo, pues que los tapetes sobre todo, cuestan una pasta, aunque claro, hay que pensar que te servirán para siempre, y que también se pueden utilizar como texturizadores con el fondant, así le sacaremos mayor rendimiento.


  No es complicado de preparar, y para acelerar los tiempos de secado podemos recurrir al horno a temperaturas bajitas. Eso sí, hay que utilizarlo con cierta celeridad porque si no se secará y hará más difícil su manejo, aunque claro, todo depende del efecto que se le quiera dar, a mí para alguno de los velos me interesaba que se quedara más bien tieso.


  Yo soy de las que aprendo en casa con tutoriales que busco por la red. Desde que empecé con ésto de la repostería creativa no he hecho ni un sólo curso, no es para presumir, si pudiera permitirme un curso con los grandes grandes en otros países os aseguro que lo haría, porque me queda muchísimo por aprender, pero mis circunstancias familiares, laborales y económicas hacen que resulte imposible.


  Por eso, hasta hoy he preferido invertir en materiales y experimentar y aprender yo misma. Y procuro no centrarme sólo en el aspecto, sino también en el contenido probando recetas y recetas.


  Así que cuando me pasa lo que con la tartita que llevé al concurso de La Casita, que se llevó el tercer puesto, me siento muy orgullosa, porque me enfrento a gente que se ha preparado mucho aprendiendo en muchos cursos, y vamos a decirlo todo, porque aunque me consta que fueron un par de amigas con las que tengo mucha confianza a hacer su comprita y votar, no le pedí a nadie en particular que lo hiciera, quiero decir que no mandé a familiares y a amigos a votar, si mi marido me fue por un encarguito que le hice de nata vegetal y me dijo que le dio fatiga votarme (es el colmo, no???...jejeje).


  El caso es que estoy contentísima y agradezco a todos aquellos que votaron esta tarta con todo mi corazón, porque siempre es una alegría que reconozcan tu trabajo. Muchos besotes para todos y de nuevo, gracias.

jueves, 10 de enero de 2013

Pineapple Upside-Down Bundt Cake

  No sabía que preparar para llevarlo  la otra noche, y así poder acompañar a nuestro cafelito nocturno. Siempre lo hacemos a primera hora, para que así el café vaya haciendo su efecto para lo que nos queda de noche, que no es poco.

  Y así, cada noche, nos ponemos al día de nuestras últimas preocupaciones o alegrías. No creáis que siempre es fácil, porque como es de imaginar ahí está el timbre y las necesidades de los enfermos, a veces las necesidades no lo son tanto, pero en cualquier caso hay que acudir y atenderlos.


  El caso es que de una u otra manera intentamos encontrar un momento, a veces a las tantas de la mañana y aunque sea para reírnos de las caras de sueño que tenemos ya. Recuerdo en una ocasión como alguien a las 5:30h., en mitad de una noche horrorosa contó un chiste horrible del que no podíamos parar de reír, más que nada por no llorar.

  También hay alguna vez, las menos, en que los enfermos se quedan tranquilitos tranquilitos, pero nos liamos a charlar y nos dan las y pico sin parar de hablar. Después nos arrepentimos, porque podríamos haber aprovechado para al menos haber levantado las piernas un ratito en el sillón, que eso siempre se agradece al día siguiente.

  Y están esas veces en las que se recuerda a quien ya no está, en estos últimos años ha habido de todo, compis que se han ido a otros servicios, otros que se han jubilado, e incluso alguno que nos ha dejado. Lo mejor es que hacemos memoria por lo general de lo bueno de cada uno, de sus manías, de sus chistes, de forma de regañar,..., y normalmente acabamos con una sonrisa.


  No siempre las conversaciones son agradables, somos muchas personas en la unidad, y por supuesto, también discutimos, pero al fin y al cabo eso forma también de la convivencia. Hay momentos en los que hay tensiones con tal o cual compañero, que por fortuna, casi siempre se terminan suavizando. Aunque también suele estar el que va hincando el aguijón por todos lados, a ver dónde puede meter cizaña, y mi servicio no es menos, también hay algún avispón, lo que pasa es que hacen tanto ruido que ya todos sabemos quiénes son.


  Ingredientes:

  Para la base del molde:

* 2 cucharadas de mantequilla derretida.
* 2 cucharadas de azúcar moreno.
* Rodajas de piña en su jugo, escurridas (reservamos el jugo), yo he necesitado 7.
* Cerezas glaseadas.

  Para la masa:

* 200 gr. de mantequilla s/s, a Tª ambiente.
* 100 gr. de azúcar blanca granulada.
* 50 gr. de soft light brown sugar ( un tipo azúcar morena menos refinado que el que conocemos de siempre).
* 3 huevos grandes.
* Una cucharadita de extracto de limón.
* Una cucharadita de extracto de vainilla.
* 250 gr. de harina para repostería.
* 2 cucharaditas de polvo para hornear.
* 1/2 cucharadita de bicarbonato sódico.
* 1/2 cucharadita de nuez moscada molida.
* 1/2 cucharadita de sal.
* El jugo que habíamos reservado tras escurrir las rodajas de piña.


  Preparación:

  Del molde:

- Engrasamos nuestro molde de bundt cake.

- Vertemos la mantequilla derretida en el fondo del molde.

- Repartimos el azúcar moreno sobre la mantequilla.

- Colocamos las rodajas de piña en el fondo del  molde.

- Y disponemos en el centro de cada rodaja de piña  una cereza.

  De la masa:

- Precalentamos el horno a 170ºC.

- En un bol mediano cernimos juntos la harina, el polvo para hornear, el bicarbonato sódico, la sal y la nuez moscada. Reservamos.

- En el vaso de la batidora mezclamos la mantequilla junto con el azúcar a velocidad media, hasta que obtengamos una masa con una textura suave y esponjosa. Esto nos debe llevar aproximadamente unos 3 minutos.

- Ahora agregaremos los huevos, uno a uno, sin dejar de batir y dejando que todo quede bien integrado antes de añadir el siguiente huevo.

- Le toca ahora el turno a los extractos, tras la adición de ambos batiremos bien de nuevo para que la textura sea homogénea.

- En este momento comenzaremos a añadir la harina, lo haremos repartido en 3 veces, alternando con el jugo de piña, recordad que siempre debemos empezar y terminar con la harina.

- Vertemos la masa en el molde y horneamos durante una hora aproximadamente, o bien hasta que al inserta un palillo, éste salga completamente limpio.

- Una vez sacado del horno dejamos enfriar durante unos 10 minutos y desmoldamos.

  El bizcocho es una ricura, a mis compis les encantó. Dejé un trocito en casa y a mis chicos también les gustó mucho. Así que qué más queréis que os diga, sólo os falta probarlo. Besotes.

lunes, 7 de enero de 2013

Baby Bath Cookies

  Bueno chicas, pues ya se acabaron las fiestas, las comilonas y los regalos y por fin podemos volver a la normalidad. Hoy los peques todavía están en casa disfrutando de los regalitos que dejaron los Reyes, pero ya están concienciados de que mañana hay que volver al cole.


  Y ya podemos también, comenzar a nuestra actividad habitual. Estas galletas ya las tenía preparadas antes de Navidad, pero pensé que era mejor esperar ya que entonces tenía trabajo acumulado que convenía mejor con las fechas que estábamos viviendo.


  Las preparé con mucho mucho cariño porque eran para Noelia, una de mis compis de trabajo que después de muchos esfuerzos por fin iba a ser mamá de una bebota. No siempre que una compañera vive un suceso importante le hago un regalito así, pero Noe se lo merece porque es una chica estupenda y una muy buena compañera.


  Llevaba ya tiempo con este cortador en casa que estaba esperando estrenar para un acontecimiento especial, y cuando vi que se acercaba la fecha de parto de Noelia enseguida pensé en él.


  En un momento lo tuve todo en mente, así que sólo faltaba ponerse manos a la obra. Puse todo el material sobre mi mesa de comedor del salón y en unas pocas horas de trabajo estaba todo listo.


  Siempre resulta agradable hacer un trabajo de este tipo, y es que celebrar cosas bonitas nos gusta a todos. Por eso, aunque esté ya agotada no me importa seguir hacia adelante porque estoy loca por verlo todo terminado y preparado.


  Me encanta preparar las etiquetitas y envolverlo todo con esmero. Y cuando por fin lo veo todo sobre mi mesa disfruto cada vez que paso echándole un vistacillo hasta el momento en el que lo entrego.


  Y entonces lo que me gusta es ver la reacción de la persona que lo recibe, y como siempre procuro hacer cosas diferentes, quienes conocen bien mi trabajo vuelven a sorprenderse de nuevo, y esa es una recompensa inmensa.


  Es por eso que no me canso de intentar inventar cosas nuevas, de comprar nuevos cortadores y accesorios. Me hace mantener la cabeza en marcha en cada momento y la satisfacción final siempre es reconfortante.


  Noelia ha tenido una chiquitina preciosísima, hermosota, morenita y con mucho pelito, vamos, una monada. Seguro que ha pasado las mejores Navidades de su vida junto a ese regalo que le ha dado la vida.


  Como se las preparé justo antes de que diera a luz pues no sabíamos cómo iba a ser la chiquitina, así que le preparé bebotas con diferentes colores de pelo, así seguro que acertaba con alguna...jejeje. A ella le encantaron y yo me alegré un montón, no por las galletas, sino porque ya tenía a su niña con ella y todo había ido bien.

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...