Cranberry & Cheesecream Cake.

  Pues ya han pasado las fiestas, las compras, las prisas,..., ya se retiran los adornos y la casa vuelve a quedar como siempre. A mí estos días me dan un poco de tristeza, con lo alegre y bonita que está la casa, así, decorada, y las calles con tantas luces, los escaparates tan vivos,...

  Aunque debo reconocer que también tengo una cierta sensación de alivio, se vuelve a la normalidad, al ritmo habitual, y aunque me da mucha penita que los peques terminen sus vacaciones, lo cierto es que lo agradezco hasta cierto punto porque al final con la venida de los Reyes ya andan muy desmadrados. Eso sí, el día que se incorporen al cole voy a andar como las tontas.

  Y es que si el ritmo que se siguen en estas fechas se prolongara mucho más nos daría un telele, viene bien un poco de desfase en todos los sentidos, pero claro, tiene que haber un final para todo y ya nos queda esperar con ilusión las próximas, seguro que así, en dosis cortas las disfrutamos más verdad???

  Y me volvieron las ganas de hacer un bizcocho más normalito, tenía que trabajar por la noche el otro día y quería llevar algo, y es que si aparezco sin nada me parece que me falta algo. Así que me puse manos a la obra por la mañana y me dediqué a preparar éste que veis.

  Y como además estaba loca por estrenar este par de moldes que había adquirido últimamente, pues aproveché el salto y ala, también los tenéis aquí. Y es que no me puedo resistir cuando veo alguno que no tengo y que tiene un precio razonable. Cómo me gusta darle diferentes formas a los pasteles.

  Y es que hasta me pongo un poquillo nerviosilla cuando ya está horneado y llega el momento de desmoldar, estoy loca por ver si el resultado será el esperado , y por suerte en esta ocasión no me han decepcionado en absoluto.

  El molde de bundt me ha gustado mucho, pero esos chiquitines me han encantado, me ha parecido que quedan ideales para cualquier presentación, así en plan individual, para mi gusto resultan encantadores, tanto para un bizcocho como es el caso de hoy como para un flan, o una panacotta.

  Ya lo sé, me emociono demasiado con estas tonterías, pero ¿qué queréis que os diga?, si es que me dislocan, no lo puedo evitar. Aunque en el fondo, yo creo que todas las que estamos inmersas en esta locura del mundo de la repostería tenemos ese puntito de locura, una locura comedida y alegre por supuesto, pero claro, no deja de ser una pequeña locura.

  Ingredientes:

* 200 grs. de mantequilla, a Tª ambiente.
* 230 grs. de queso crema, a Tª ambiente.
* 2- 1/2 tazas de azúcar.
* 3 huevos.
* Un limón, el jugo y la cáscara rallada.
* 1/4 cucharadita de extracto de almendra.
* Una cucharadita de extracto de vainilla.
* 2- 1/2 taza de harina.
* Una cucharadita de sal.
* 2 tazas de arándanos frescos o congelados.

  Preparación:

- Batir la mantequilla y el queso crema hasta que se mezclen.

- Agregamos el azúcar y mezclamos a velocidad media-alta durante unos 3 minutos para que quede una pasta cremosa.

- Ahora toca añadir los huevo uno a uno, batiendo bien después de cada adición.

- En este momento incorporaremos el zumo y la ralladura de limón, el extracto de almendra y el de vainilla, y mezclamos bien.

- Mezclamos a velocidad baja mientras añadimos la sal.

- Vertemos la harina (tamizada) en dos veces, mezclando bien entre las adiciones para que quede bien integrada.

- Y por fin agregamos los arándano con movimientos envolventes.

- Vertemos la mezcla en nuestro molde engrasado y horneamos en el  horno pre-calentado a 200ºC. durante 60-70 minutos.

  El resultado es expléndido, muy suave y esponjoso y con ese regustillo a limón tan rico. Y bueno, este año he tenido mucha suerte porque los Reyes Magos me han traído muchas muchas cositas relacionadas con la repostería de una manera u otra, así que en nada las estoy compartiendo con vosotras.