Pineapple and sour cream cupcakes (Reto semanal de la magdalena:S-25).

  Parece mentira que vayamos por la receta nº 25, y eso que ha habido algunos parones en el grupo, sobre todo el de verano, que era necesario para tod@s. Pero el caso es que ya llevamos con ésta, 25 recetas a nuestras espaldas.

  En realidad soy yo las que las suele reconvertir en cupcakes, pero es que con lo que me gusta entretenerme con la decoración de estos pastelitos no me puedo resistir a seguir haciéndolo. Siempre que voy a alguna tienda de productos para este arte del sugarcraft, voy buscando algún detallito o algún modelo de cápsula nueva para la preparación de mis cupcakes.

  Y cuando encuentro algo que no tengo en mis armaritos, me pongo tan contenta como una niña pequeña a la que le han comprado una muñeca preciosísima. Teníais que haberme visto en Londres cuando vi todas aquellas cositas en el Waitrose, me parecía mentira que pudiera haber tanta cantidad y variedad en un supermercado, así que cuando mi marido que había ido a dejar algunas comprillas en el hotelito vino a recogerme, se le cambió la cara viendo cómo llevaba el carrito y pensando cómo íbamos a meter todo eso en nuestros bolsos de viaje.

  Al final respiró tranquilo cuando vio cómo yo lo tenía ya todo calculado, y es que como siempre dice él, parezco muy impulsiva, pero en realidad siempre lo tengo todo muy pensado y re-pensado. Eso sí como una piensa para sus adentros, pues cuando tomo la decisión parece que se me acaba de ocurrir, y aunque me conozca bien, siempre se sorprende con mi firmeza a la hora de hacer esto o aquello.

  Eso no quita que tenga mis prontos, en absoluto. Cuando tengo que decir algo me gusta hacerlo sin pelos en la lengua y a la cara, eso no quiere decir que no me calle nunca, lo hago más a menudo de lo que me gustaría, porque ya se sabe que a veces, decir lo que una piensa es ganarse enemigos, y no es que me importe que alguien se enfrente a mí, pero eso crea situaciones tensas para los demás que intento evitar, aunque a veces, claro está, no le queda a una más remedio que decir lo que tiene que decir, como dice el refrán: "Mejor una vez colorá, que un ciento amarilla".

  Bueno, pues os cuento de esta receta, ha dado la coincidencia de que también lleva piña, como la receta anterior, aunque los resultados son muy muy diferentes, a ver, los ingredientes:

* 2 rodajas de piña en conserva, en su jugo y 2 cucharadas del jugo.
* 280 grs. de harina.
* Una cucharada de levadura en polvo.
* 1/8 de cucharadita de sal.
* 115 grs. de azúcar (yo puse un pelín más, 150 grs.).
* 2 huevos medianos.
* 200 cc. de nata agria.
* 6 cucharadas de aceite de girasol u 85 grs. de mantequilla (yo, la mantequilla),
* Una cucharadota de extracto de vainilla.

  La preparación:

- Pre-calentamos el horno a 200ºC.

- Tamizamos la harina, la levadura en polvo y la sal en un bol. Y a continuación añadimos el azúcar y la piña picada.

- Batimos ligeramente los huevos en otro bol, y añadimos la nata agria, la mantequilla, el zumo de piña y el extracto de vainilla.

- Hacemos un agujero en el centro de los ingredientes secos y vertimos los líquidos batidos. Mezclamos lo justo para que queden ligados, no más.

- Repartimos la mezcla en los moldes y metemos en el horno durante unos 20 minutos.

  Y ya está, en este caso me decidí para decorarla, por una buttercream de vainilla con boquilla redonda, estas bolitas rosas y unas florecillas de Icing rosas.