Unas galletas para dar la enhorabuena.

  Pues sí, estas galletas han ido dedicadas a Silvia, una de las amigas que me animó en esta aventura blogera. Hacía mucho tiempo que no sabía de ella y gracias a esto del facebook nos hemos reencontrado después de algunos años, aunque parezca mentira trabajamos en el mismo hospital, aunque cada una en un pabellón y claro cada una en su pecera (como digo yo), pues complicadísimo encontrarse. Fijaos que ayer mismo descubrí que la madre de un niño de la clase de mi hijo mayor es compañera y trabaja en la cuarta, y no os creáis que trabajo lejos, sólo dos plantas más abajo.

  Curioso ¿verdad?, pero es que tu cuando llegas te vas a tu planta y sales de allí para irte a tu casa, digamos que hacemos allí la vida, desayunamos, comemos y cenamos en el servicio. Como mucho vas a otro servicio a pedir prestado porque te falte esto o aquello, y tiene que coincidir que ambas estéis en el mismo turno para veros, teniendo en cuenta que hay 3 turnos (mañana, tarde o noche), siete días a la semana, pues en cada planta hay bastante personal, con lo que no es tan fácil que haya casualidades.

  El caso es que hacía mucho que no sabía de Silvia, y cuando vi que en su perfil había puesto como foto una ecografía de su pequeñín me alegré muchísimo de saber que andaba esperando. En nada de tiempo nos pusimos ya en contacto telefónico y hemos quedado en alguna ocasión.

  Y es que tengo tantos buenos recuerdos con Silvia, no podéis imaginar cómo me cuidaba cuando estábamos trabajando juntas y andaba yo embarazada. Viví mis dos embarazos con ella, incluso estuvimos las dos pendientes de mi prueba de embarazo del peque que no paraba de salir negativa, intuyendo que se equivocaba la dichosa pruebecita, y así fue.

  Ahora no hemos trabajado juntas para poder yo cuidarla, de todas formas sí que he seguido cada nueva ecografía, las fotos de cómo crecía su barrigota y la primera foto del peque.

  Y claro siendo yo como soy, pues no podía faltar un detallito dulce para su pequeño Jaime, y en cuanto vi  en La Casita Dulce de las Flores este cortador con sus texturizadoras la eché a la cesta sólo pensando en ella. Con la única intención de hacerle unas galletitas para ella y su peque y ya podéis ver cómo han quedado.

  Quería que los colores fueran alegres y vivos, no pasteles, la ocasión merecía colores de fiesta porque es lo que es, una fiesta, sobre todo para Silvia que ha pasado por tanto antes de tener a su retoño a su lado. Así que Silvi, es mi manera de darte las gracias por lo buena amiga y compañera que has sido y eres, y celebrar contigo el nacimiento de ese niño tan deseado y tan lindo.

    Sólo puedo deciros de Jaime que es un niño precioso, que disfruté ayer de lo lindo con él en brazos, y es que no lo puedo negar, me encantan los niños, sobre todo así de chiquititos es cuando más los disfruto.

  Jaime tiene una carita preciosa, es super-espabilado, y me miraba muy fijamente (yo creo que pensaba: ¿quién será la loca esta que no para de decirme cosas?).

  Ya sé, ya sé, vais a pensar que ya mismo me planto con el tercero, pero ya os digo yo que no, no puedo negar que los niños me dislocan, y llevan ya 6 años (los que tiene el peque), diciéndome que al final tengo otro cuando me ven con esa cara de tonta con uno en brazos, y soy muy sincera, me encantaría, pero no, ahora que ya mis peques son más mayorcitos no me lanzo de nuevo, ya me lié la manta a la cabeza teniéndolos tan seguiditos, y la manta ya está perdida sabe Dios dónde.