Os prometí contaros más cosas sobre Londres y a eso voy, yo creo que sus parques son maravillosos, ojalá aquí pudiéramos disfrutar de parques como esos en plena ciudad, y es que los ves a ellos cruzando su calle y ala, ya tiene dónde hacer un picnic, o deporte o simplemente relajarse leyendo un libro.
No me digáis que no es alucinante poder tener esto al lado de tu casa.
Y sin vivir en mitad de un bosque, sino en una gran ciudad ¿quién lo diría ?
Y si dijeras, bueno es que hay uno, ni hablar, hay un montón repartidos por toda la ciudad.
Pero no sólo eso, es que te encuentras con lugares increíbles por todos lados.
Mirad que rincones más maravillosos, te puedes topar con ellos junto a una catedral o una iglesia.
Esos banquitos de madera me encantaron.
Y no podía faltar alguna simpática ardillita merodeando por allí.
Y como cualquier mujer que se precie de serlo acabé loca en los mercados, ya os he comentado que lo de las compras en Londres es una locura, de veras. El primer mercado que visitamos fue el de Covent Garden, con su ambiente bohemio y esa cantidad de puestecitos y tiendas con miles de cosas inservibles pero preciosas.
¿Y qué sería de la vida sin esos detallitos? Si vais próximamente no os perdáis esta tiendecita.
Os voy a poner unas fotillas para que se os caiga un poco la baba.
Bueno ¿qué? ¿recuperadas ya? Sólo me traje un par de cositas chiquitinas de allí, aunque me hubiera llevado la tienda entera, me comprendéis ¿verdad?, pues ahora explicárselo a mi marido por favorrrrrr...jejeje (recordad que podéis pinchar en cada foto si queréis verla más grande).
El ambiente de Covent es indescriptible, las que hayáis estado sabréis perfectamente de lo que os hablo, con sus artistas callejeros, teníais que haber oído a esta chica cantando Madam Butterfly allí en medio, se la podía escuchar por todo el recinto.
Y con sus restaurantes, si os fijáis bien podéis ver que ahí están haciendo paella, en cada mercado hay un puesto que la vende, algunas con muy mala pinta, la verdad, pero por lo que se ve, allí triunfa.
También en Covent pudimos disfruta de un par de bakerys, primero nos encontramos en el mismo mercado con la de Ella´s Bakehouse.
Miradla por dentro.
Muy pequeñita, pero una verdadera maravilla.
Aquí sólo nos pedimos unas mini-cupcakes de vainilla para probarlas porque nos estábamos reservando para la siguiente bakery.
Deliciosas, el bizcocho esponjoso esponjoso, y la buttercream con un intenso sabor a vainilla, muy suave, nada empalagoso.
Y después de comer algo por allí llegaba el gran momento, íbamos a la Primrose Bakery.
No sé qué movida se traían ese día, el caso es que cerraban a las dos para después volver a abrir a las cuatro. Por desgracia no tenían el libro que quería comprarme, pero por suerte a las cuatro ya iban a disponer de él.
Así que escogimos entre toda esta variedad un par de ellas con unos cafés, aunque la verdad es que era complicado elegir.
La bakery es una cucada, muy chiquinina, pero no le falta detalle.
Y con nuestras cupcakes acompañadas de nuestros cafés buscamos un rinconcito para tomarlo, y allí mismo inmortalizamos el momento.
Nos habíamos decidido por una de chocolate con un frosting de nubes y otra de rosas con una buttercream del mismo sabor.
Riquísimas riquísimas, nos encantaron, creo que éstas y las mini-cupcakes de Ella fueron las mejores de todo el viaje. Así que otro punto positivo para Covent Garden.
Regresamos para comprar el ansiado libro, llegamos un pelín antes de las cuatro, y resultó la mar de gracioso, porque una de las dependientas nos vio por el escaparate y nos llamó a través del cristal para decirnos que ya tenía el libro, nos abrió la tienda y nos pidió que estuviéramos muy callados mientras bajaba por el libro, ya os digo, no tenemos ni idea de lo que ocurría, pero dentro había un grupo de personas y abajo se estaba cociendo algo.
Las dependientas fueron encantadoras, y la situación resultaba muy divertida, así todos hablando bajito para no molestar a los que estaban abajo haciendo no sabemos qué. Yo creo que a las chicas les hizo gracia verme sacando fotos toda emocionada en nuestra primera visita. El caso es que nos llevamos el libro y otra anécdota más.
Pensaba resumir el viaje en un par de entradas, pero se ve que lo de ser concisa no es lo mío, así que queda una 3ª, porque me queda aún hablaros de Portobello y de Candem.
¡Ji, ji! ¡Ja, ja!!! Yo me voy a finales de agosto!!! Todavía no tengo donde quedarme, pero los billetes ya los he comprado... A ver si me encuentro con estas maravillas!!!
ResponderEliminarEs verdad que los parques de Londres son una pasada!! Y super grandes..esntrábamos por una punta, y queríamos salir por la otra.. y no veas, lo que tardabas! jajaja
ResponderEliminarEnhorabuena por ese viaje tan chulo!!
ResponderEliminaryo quiero un cupcake!
Qué parques... y con las ardillas pasando tan tranquilas...jajaja... =)
ResponderEliminarMe encantan los cupcakes!son tan monos...
Besotes. Helena
Lo que más me arrepiento de mi viaje a Londres es no haber podido visitar tantas bakeries :( Pero el viaje era un regalo para mi chico y no era cuestión de marearlo, tu marido lo entiende seguro! jajaja
ResponderEliminarAsí que mil gracias por este reportaje, un beso enorme!
Por Dios, sólo de leerte me estan entrando ganas de coger la maleta (vacia) y salir corriendo para el aeropuerto... Me encanta lo bien que te lo has pasado. Esperando ansiosa tus siguientes entradas. Besos
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